Un hombre que le gatilló tres veces en la cabeza a su hijo sólo recibió una probation y deberá hacer un tratamiento para el manejo de la ira.
El 5 de marzo de 2016, un joven de 17 años estaba discutiendo con su padre, de 40 años, cuando de repente el hombre tomó una pistola Versa calibre 22 y lo golpeó fuerte en la cabeza con el arma. Luego le apuntó y le gatilló tres veces en la cabeza.
Todo sucedió alrededor de las 22.30 dentro de una casa del barrio Progreso. Fueron tan sólo segundos que para el adolescente parecieron una eternidad. Si bien el arma estaba apta para disparar -tal como demostraron los peritos de Criminalística, incluso tenía una vaina adentro-, se desconoce qué fue lo que sucedió.
Tras el episodio, el joven fue atendido en el centro de salud del barrio Progreso, donde se constataron lesiones en el cuero cabelludo. Sin embargo, las heridas fueron lo de menor importancia. La madre denunció a su esposo por el calvario que le hizo pasar a su hijo.
En octubre pasado, el hombre fue llevado ante la Justicia y se le formularon cargos por lesiones leves agravadas por el vínculo, amenazas agravadas por el uso de arma y tenencia de arma de fuego (no tenía permiso de portación), resistencia y desobediencia a la autoridad, ya que al momento de su detención el hombre intentó huir de la casa.
A más de un año del hecho, la fiscalía y la defensa arribaron a un acuerdo total en el que beneficiaron al hombre con una suspensión de juicio a prueba por un año. En ese plazo deberá realizar 96 horas de trabajo comunitario, presentarse cada dos meses ante la Justicia y realizar un tratamiento psicológico para el manejo de ira.
El juez consultó si pedirían una restricción de acercamiento, pero la fiscalía aclaró que padre e hijo conviven bajo el mismo techo, por lo que debe abstenerse de cometer actos de violencia.