El Tribunal Oral Penal de Santo Tomé falló en contra de Juan Carlos Lemos por el tremendo y aberrante crimen ocurrido el año pasado. La víctima apenas tenía 10 años. Desapareció en la vía pública y fue encontrada asesinada y abusada sexualmente en un baldío.
La Justicia de Santo Tomé condenó a reclusión perpetua a Juan Carlos Lemos por el asesinato de la niña de 10 años, Claudia Lima, quien fue ultimada en esa localidad del interior el año pasado, luego de haber sido raptada.
Se trató de un caso aberrante que conmocionó a toda la provincia. Vale recordar que la nena fue abusada sexualmente según se pudo confirmar a lo largo de una extensa investigación.
Justamente en las averiguaciones se hallaron rastros genéticos que fueron fundamentales para señalar a Lemos como culpable de lo ocurrido.
El fallo, que fue unánime, dejó conformes a los familiares de la pequeña víctima.
En paralelo, algunas consultas hechas por época dieron cuenta de que Lemos tendría antecedentes criminales por violencia y abuso, por lo que las fuentes consideraron que el crimen de Claudia “podía haberse evitado”.
Más allá de esto, Roberto, el padre de la niña, expresó su conformidad ante lo actuado. “Se portó muy bien la Justicia y se logró lo que queríamos, que era que le den perpetua a Lemos. No fue fácil pero logramos que mi hija descanse en paz”, indicó el progenitor ante la prensa.
Debe remarcarse que por fortuna el proceso judicial no tuvo grandes demoras ya que había iniciado el 10 de agosto y a los cinco días se tuvo una sentencia, la cual fue efectuada por los jueces María Alejandra Petrucci, Rodrigo López Lecube y Ramón Alberto Ríos.
Durante el debate se escucharon los testimonios de 12 personas.
El caso
Según las crónicas de la oportunidad, la nena había salido el martes 5 de abril de su casa ubicada en el barrio La Tablada. Debía llegar a lo de una tía, pero jamás lo logró.
Sus padres desesperados denunciaron la repentina y misteriosa desaparición. Una búsqueda amplia se montó para hallar a la pequeña.
A pesar de la movilización de agentes, que incluyó hasta a efectivos de Prefectura, nada se sabía de ella, por lo que la Policía tuvo que redoblar esfuerzos.
Recién cuando llegaron perros de búsqueda de Capital, de la División de Canes, se logró saber lo que había pasado con Claudia.
El 7 de abril, alrededor de las 7:45, un grupo de efectivos descubrió el cuerpo de la niña tirado boca abajo entre medio de abundante maleza, a unos 20 metros de una calle de tierra y de un sitio lleno de desperdicios. Estaba vestida con la misma ropa con la cual salió de su domicilio. Pero estaba descalza.
La autopsia reveló que la muerte de la menor se produjo 48 horas antes, es decir el día de la desaparición.
Asimismo se confirmó el otro detalle macabro, la niña había sido violada, lo que sin embargo arrojó una primera pista contundente para el esclarecimiento de lo ocurrido: un vello púbico fue encontrado en los restos humanos.
En paralelo al aberrante hallazgo, los detectives detuvieron primeramente a un vecino de la nena, un tal Luis F., a quien le siguieron los hermanos Juan Carlos y M. Lemos, conocidos del primero.
Si bien al principio Luis estaba como uno de los principales sospechosos, con el tiempo el foco de atención se posó en Juan Carlos.
Es así que los otros dos sospechosos fueron sobreseídos de la causa.