La presidenta de PRO, Patricia Bullrich, ha dejado en claro que se postulará para la presidencia de Argentina el próximo año, incluso si su exjefe, Mauricio Macri, decide participar en la carrera.
“Mi decisión de ser precandidato presidencial tiene que ver con la lucha por un cambio profundo, contra el kirchnerismo que ha arruinado la cultura del trabajo y la educación”, dijo el exministro de Seguridad.
Por ahora, solo el alcalde bonaerense Horacio Rodríguez Larreta aparece en el radar como rival por las primarias.
Según los informes, Larreta ha apostado por la renuncia de Bullrich con el argumento de que la Unión Cívica Radical (UCR), el principal aliado del PRO en la coalición JxC, respaldaría una sola candidatura desde el primer día.
Bullrich se convirtió en titular del PRO a través del nombramiento de Macri, pero siempre ha jugado su propio juego, particularmente después de que el exjefe de Estado inclinó la balanza a favor de Larreta.
Según los informes, Bullrich está en conversaciones con el exgobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, de la UCR, para convertirse en su compañero de fórmula.
Bullrich, quien actualmente no ocupa ningún cargo, tiene más libertad para recorrer el país y lo está haciendo, principalmente, en la provincia de Buenos Aires. Fue una de las pocas políticas que no condenó el atentado del 1 de septiembre contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner e insistió en que la violencia estaba del lado del peronismo: “Los angelitos del amor ya amenazaron que si condenan a Cristina lo romperán todo, pero estoy convencida de que hay un pueblo alerta que no va a permitir que rompan todo”, dijo.
Sobre el ataque, volvió a decir que se trató de “un lobo solitario o una pareja, no una agrupación política” y cuestionó al Gobierno sin repudiar nada: “Ante la gravedad de los hechos, viendo la bajeza del Presidente cuando dijo que los instigadores del hecho fueron la prensa, la oposición y el Poder Judicial, yo salí con una posición muy clara: el Presidente responde con una extrema radicalización y politización de los hechos”, argumentó Bullrich.
