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Política Visita del Presidente

Corrientes una ciudad oculta, donde Macri nunca estuvo en peligro

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Crédito: 126439

En el autobombo cotidiano pregonando una tranquilidad, inexistente, se ensalzó un “exitoso operativo” de seguridad ante la llegada del presidente Macri a la capital correntina. Por supuesto que nadie le comentó estar en una ciudad donde hace cuatro años en pleno centro se asesinó a cuchilladas a un joven estudiante sanroqueño, por parte de dos delincuentes y sólo se inculpó a uno –como si se estuviera en presencia de una moto Uber autoconducida-; como que el informe oficial del ‘suicidio’ de un legislador provincial fuera cosa menor y nada ni nadie hiciera un anuncio verdaderamente creíble, tratándose precisamente de un miembro integrante del Palacio de las Leyes. Sin hurgar hacia atrás porque los ejemplos lastimosos caen como frutas maduras o la miel del panal.

Tampoco nadie susurró al oído presencial que en épocas de intendente de su ahora incondicional senador nacional, se registró la tragedia más grande que se recuerde en la ciudad, con la caída y muerte de ocho obreros de la construcción. Donde no se encontraron responsables, culpables, ni condenados. Nadie vio ni dijo nada. En el ‘siga – siga’ judicial. Por temor a denunciar que la justicia también está digitada desde la otra esquina.


Lo cierto es que en las largas horas que Mauricio Macri estuvo en Corrientes, el hombre se sintió seguro, bajo ningún punto de vista nunca nada estuvo en riesgo. A la postre no le importó estar en la ciudad con más pobreza del país, donde no efectuó ningún anuncio para intentar aunque sea mentirle a la gente que se saldrá de esta miseria, en alguno de sus tan mentados semestres.


Seguramente, por ser una actividad presidencial desplegada en horas de la siesta, la mayoría de los correntinos estuvo re ocupada tomando tereres o mate, pescando mojarritas y durmiendo la siesta, recuperándose de la resaca que se pegó el día jueves 1 de agosto, de tanto tomar caña con ruda que el propio gobierno de ECO + Cambiemos repartió a diestra y siniestra, adrede. Para ayuntar todos los males que ‘falló’, teniendo en cuenta la presencia de un próspero empresario presidente que enriqueció su fortuna en algo más que un 100%. Inentendible.


No fue casualidad que un abanderado escolar, se desplomara al lado del mismísimo Macri. Sus razones físicas o médicas tendrá. Eso no está en el centro de la discusión. Solo hizo evocar a la cantidad de niños que van a otros colegios de la ciudad, por el solo hecho de comer (desayuno o almuerzo o merienda), es opcional. Y será con seguridad el único alimento que llevará a la boca, en todo el día.


Es frecuente escuchar que algunos padres acuestan “temprano” a sus hijos, solo con el mate cocido de la tarde noche, para evitar algún pedido supremo de una mínima cena para acostarse a dormir imaginando haber comido algo. Algunos con la invitación a soñar con haberse llevado algún bocado al estómago. Porque comer bien, en Corrientes solo se da en los sueños. Sucede en la provincia más pobre del país.


Pero desde los porristas del gobierno se prefirió hablar solo del exitoso operativo policial ante la llegada del Presidente Macri.


Varios móviles y efectivos de la policía llevaron adelante el plan de servicio operacional especial, Operación “Visita Presidencial”, con motivo de las actividades de ingeniero.


En la mañana del viernes Macri concurrió a varios actos protocolares, acompañado del gobernador Valdés.


Visitó el edificio donde se llevan adelante las obras de las oficinas gubernamentales, luego participó del acto por el 150° aniversario de la Escuela General San Martín donde se le desmayó al lado un abanderado; después visitó a vecinos del Barrio San Benito y finalmente se dirigió al polideportivo de las Mil Viviendas donde se realizó un acto partidario con toda la infraestructura puesta por la administración provincial. Parece que esto último está mal ¿o solo parece?


Se desplazó en toda la extensión del operativo, móvil y efectivos policiales y, además, contaron con el apoyo de grupos especiales, llevando adelante el dispositivo que fue todo un éxito. Mientras tanto, en los flancos débiles de la ciudad, cayeron como moscas los arrebatadores y ladrones de turno, para hacerse verdaderamente ‘el agosto’ a costa de una ciudad anunciadamente desprotegida.


El propio jefe de Policía de Corrientes, Félix Barboza, junto al subjefe comisario general Eduardo Acevedo, supervisaron el trabajo policial.


Está claro, la seguridad de Macri nunca estuvo en peligro. Hasta una próxima visita.

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