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Política Crisis de la Salud Pública

El grito mudo de los inocentes

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Crédito: 111092

En forma casi desapercibida los enfermeros marchan por las calles de Corrientes pidiendo estabilidad laboral y salario digno. Aclaran, como si fuese importante, que son "autoconvocados" para no quedar en la mira siempre atenta del antigremialismo. Muestra suficiente de lo que pasa en esa cartera: impotencia, desesperación y temor.

 

Buscan salario digno, estabilidad laboral, terminar las tercerizaciones, el trabajo en negro, las becas. Advierten que “nunca hacen paros” para concretar una audiencia con el Gobernador.

 

Sin entrar en detalles, con las estadísticas donde esta provincia ostenta terribles índices en la materia, podríamos decir que nos encontramos en emergencia y con pronóstico grave. Pero es un tema al que se le resta importancia.

 

Es cierto que no se habilitaron la cantidad de centros acordes al crecimiento de la población, que los médicos son insuficientes y que están malpagos, enfermeros administrativos y auxiliares en iguales condiciones, que materiales de trabajo nunca están garantizados. La salud pública cada vez tiene más pacientes porque mucha gente ya no puede acceder a atención privada como consecuencia de la crisis.

 

Podríamos continuar en una interminable lista porque en los hospitales el cuadro no mejora, y los problemas son más complejos con situaciones que se agudizan.

 

Este es el contexto donde podemos analizar los 17 años con gobiernos del mismo color, porque la prensa da cuenta de múltiples inauguraciones, con aportes de la Nación en sintonía con la Provincia y municipios para este sensible tema. Lo cierto es que, a pesar de ello, adolecemos de Política en Salud consensuada con la comunidad, y abundamos en “politiquería”. A pesar de las declaraciones altisonantes nadie sabe qué pasa en ese ministerio.

 

Si consideramos la cantidad de personas sanadas por el sistema vamos muy mal. Hemos asistido a múltiples denuncias de irregularidades contra funcionarios del área que permanecen en sus puestos pese al panorama desolador, intocables en sus puestos, sin dar cuenta de sus acciones Corrientes está para abajo. En la Legislatura tampoco exhiben respuestas y se precisa fortaleza en la oposición.

 

Recorriendo las Salas pudimos encontrar situaciones de impotencia de los enfermeros que se hacen cargo de las urgencias trabajando a destajo. Profesionales y auxiliares de Salud que esperan la planta permanente hace décadas, muchos que no alcanzan la mínima y los mejores sueldos que a duras penas llegan a veinte mil pesos. Por si fuera poco, hay lugares cerrados o con horarios restringidos por falta de personal.

 

La escasez de materiales no permite a veces siquiera concurrir con primeros auxilios. Hay decepción en quienes prestan servicios y se resienten más si las personas vuelven a sus casas carentes de solución. Tristes postales que se repiten.

 

En este contexto, los humildes trabajadores se exponen con valentía saliendo a la calle para hacerle saber tímidamente al Gobernador la realidad. Buen ejemplo para todos los ciudadanos ya que todas las cosas son pequeñas antes de crecer. Debemos darnos cuenta que los humildes necesitan más compañía y otros debemos despertar una nueva conciencia. Pero, primero, el pueblo debe saber de qué se trata.

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