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Política Panorama semanal de Chaco

El peronismo del Chaco camino a la encrucijada

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Crédito: 87181

El run run está en sus inicios y por el momento no puede ser más explícito. En el gobierno nacional ya hicieron las cuentas y se estima que en la elección de senadores, cuyos mandatos vencen en 2019, habrá necesariamente una reelección de Ángel Rozas, pero también la incorporación de uno más a nombre de Cambiemos. El dilema del oficialismo nacional en el Chaco, es si ese segundo legislador de la Cámara Alta por la mayoría será también radical o un hombre del PRO.

 

En el oficialismo provincial los dilemas son más cruciales. No se trata de una banca más o menos, sino de un gobierno local más o menos. En estos primeros malabares, todavía lejos del 2019 ¿es posible una reelección de Domingo Peppo? ¿Cuándo llegará el tiempo de plantarse que planteó Capitanich?

 

La entrevista al intendente de Resistencia dio a Crisis se había hecho con los plazos precluidos, después de la derrota electoral del 22 de octubre. “Peppo propuso otro estilo, prefirió plantear otra cosa, y yo no quise entrar en contradicción; lo respeto, se hizo cargo del PJ, de conducir el Frente, maneja el gobierno. Pero la verdad es que no voy a ser un obstáculo, en tanto y en cuanto se gane. Si no se gana pienso plantarme, porque se nos va la vida a todos”.

 

La cuestión puede llegar a convertirse en abstracta si la decisión se toma a fines de 2019. La respuesta de Peppo llegó un mes después, unos días antes de tomarse vacaciones y dejar el gobierno en manos de Daniel Capitanich con una sequía que compromete seriamente a gran parte del interior provincial.

 

Como si hubiera arribado al Ejecutivo desde una fuerza nacida a la política desde un repollo, el gobernador se quejó de la herencia recibida. “En 2015 me hice cargo de una provincia que no tenía para pagar el aguinaldo, y que tenía asignado el 100 por ciento de sus ingresos al pago de salarios, con 77 mil empleados, si comparamos, podemos ver que las últimas gestiones ingresaron más de 35 mil personas a planta”.

 

Como ministra de Jorge Capitanich, Beatriz Bogado, negoció con el secretario general de UPCP, José Niz, el fin de la precarización laboral y buena parte de cerca de 17 mil empleados públicos pasaron a planta permanente en la cartera de Desarrollo Social. El resto puede explicarse en el Ministerio de Salud Pública y el Ministerio de Gobierno, además del crecimiento vegetativo de la planta policial y docente.

 

“Además recibimos las empresas de servicios públicos deficitarias y endeudadas. Secheep estaba destruida. Nos hicimos cargo y hoy estamos llevando adelante una inversión constante, con mucho esfuerzo”, agregó Domingo Peppo en su respuesta a las críticas que elípticamente lo tocaban cada vez que el intendente disparaba contra el gobierno de Mauricio Macri.

 

Pese a encontrase en un punto neurálgico de la raíz de todos los males de la provincia que denuncia el gobernador, Bogado, fue una de las más fuertes aliadas de Peppo en el parlamento provincial que intentó sin éxito un tercer mandato y finalmente premiada con una subsecretaría cuando le tocaba volver al llano.

 

Entre las empresas deficitarias como mencionó el primer mandatario, Sameep continúa en las mismas manos que en tiempos de Capitanich, de Gustavo Martínez a su cuñado Claudio Wettstein, y la administración y situación financiera es exactamente igual. Sólo que durante el mandato de Peppo, se produjo el deceso de seis operarios desnudando la inobservancia de toda clase de medidas de seguridad y capacitación para el desarrollo de las tareas. Eso sí, la Justicia todavía no resolvió nada en cuanto a esas muertes evitables.

 

A la luz de la realidad: ¿cuántos peronistas comulgan con Macri?, preguntó Capitanich cuando quiso avisar que estaba dispuesto a tomar el bastón de mariscal sin términos ni plazos. Wettstein plantó un nuevo hito cuando tuvo que responder a las críticas de Encuentro Cívico-Cambiemos por la demora en terminación del segundo acueducto.

 

Dirigentes del interior encabezados por Germán Perelli de San Bernardo, José Bielsa de Charata y Juan Verbeck de Villa Ángela, denunciaron en los medios que “la obra tiene más de 4 años de retraso, con la triplicación del monto original de construcción y las múltiples sospechas de irregularidades”.

 

Sameep tomó la palabra y en un comunicado de menos de diez renglones no dijo nada. En este mismo espacio se reprodujo hace una semana que un vocal de la empresa se quejó porque se hizo todo lo que la Nación pidió para retomar la obra y los trabajos no comienzan.

 

No parece una casualidad que hasta presidente de la una empresa provincial, que prácticamente tiene cero vínculo con el gobierno nacional tiene que moderarse cuando hay que pegar para arriba.

 

Las cuestiones confluyen en las necesidades políticas de peronistas y radicales chaqueños. ¿El 2019 será del PRO o no serán nada?

 

Constitucionalmente las elecciones para gobernador en el Chaco deben ser desdobladas. Es una chance para intentar retener que el Frente Chaco Merece Más pueda retener el poder, aunque elecciones separadas ya no garantizan nada. El declive del peronismo en el Chaco se agravó al punto de la derrota en los cuatro turnos electorales de 2017 y en términos de acción la gestión de Domingo Peppo no se apartó un milímetro de todo lo hecho para terminar perdiendo en octubre.

 

Quizás, en todo caso haya inclinado aún más la balanza hacia abajo con el apoyo dado a la reforma previsional sancionada a sangre y fuego, la impositiva y la que se viene, la laboral.

 

Cuánto está dispuesto a resignar por su lado el radicalismo, si a Ángel Rozas quieran imponerle un candidato del PRO para el Senado. Aída Ayala debió haber sido acompañada por Bruno Cipolini hasta que el gobierno nacional y Elisa Carrió plantearon que se reconozcan los espacios de Cambiemos y así consiguió Alicia Terada la reelección.

 

¿Pesa o no en Cambiemos una orden de Buenos Aires? ¿Y en todo caso, cuánto pesará si la orden es la reelección de Domingo Peppo?

 

La ilusión de volver a tener un gobierno radical en 2019 es un anhelo que alimentó el propio Mauricio Macri en sus visitas de campaña en las que siempre se dijo que además quería a Leandro Zdero como candidato a primer diputado radical para las legislativas provinciales. Era su intención, según el rumor intencionado de la interna ucerreista, posicionarlo como candidato a gobernador.

 

Es posible entender que entonces, Macri esperara una oposición más encarnizada de parte los gobernadores peronistas –salvo unos pocos que ya habían adelantado posición como Schiaretti o Urtubey-. Pero aquel escenario de finales de 2015 es infinitamente distinto de este de inicios de 2018. Falta desentrañar otro de finales de 2019.

 

Aun así es posible comenzar a preparar la puesta en escena. Una victoria de Cambiemos en 2019 hoy es una alternativa posible. Una división del peronismo, garantizaría ese triunfo.

 

En el medio, las propias aspiraciones de Peppo están atadas a la suerte del propio Macri. Si al presidente le va bien ¿quién podría frenar la elección de un gobernador de Cambiemos? Pero a la vez ¿podría Macri decidir quién va a ser el candidato, incluso proponer a un no radical? Si al presidente le va mal, ¿podría Peppo pedir su reelección?

 

En los dos escenarios, a su vez, ¿tendría Capitanich alguna chance de abstraerse?, de no plantarse como él mismo dijo. Y entonces cabe la pregunta ¿ante quién debe plantarse Capitanich? ¿Ante Peppo?

 

El PJ va camino a la encrucijada. 

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