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Política Aumento estatal

El trasfondo del 35% de aumento anunciado por el gobernador

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Crédito: 50600

Sonó raro en el ambiente legislativo cuando el gobernador leyó en su mensaje del 1° de marzo que habrá un aumento del 35% para la plantilla del personal estatal. Sin especificar de qué se trata.

 

Si de un 35% escalonado de dinero en los bolsillos de los pobres empleados públicos o un 35% más de cargos que se ocuparán en los de por si sobre cargados edificios públicos, donde según se aseguran, se liquidan más de 120 mil salarios mensuales, entre aquellos que están en actividad y las personas que tiene el ‘júbilo’, el ‘jubileo’, la ‘alegría’ de haberse jubilado en la administración pública provincial.

 

No se le movió un cabello, apenas gesticuló lo necesario con el órgano articulado de la boca Horacio Ricardo Colombi, para anunciar su ya desinflado 35% contra el cuál chocaron inmediatamente esta misma semana los docentes correntinos, quienes consideraron más que “insuficiente” la propuesta escalonada que se les ofreció que se estancó muy lejos de cualquier 35 por ciento anunciado por el gobernador pocas horas atrás.

 

Así y todo. Con salarios docentes que promedian los $8.000 cada mes, que no pueden ser sostenidos siquiera por sus poseedores con dos cargos, más cargas horarias, plus, etc.; hablar de un 35% de incremento, unos $2.500 o $2.800 más o menos, les redondea 10 u 11 mil pesos mensuales. En una situación que los sigue depositando bastante lejos de los $14 mil que se necesita mínimamente, para no caer bajo la línea de pobreza. Algo totalmente indigno para cualquier trabajador.

 

Por eso tantos rostros inexpresivos en la legislatura correntina, con el “anuncio” de Colombi, porque en dieciséis años de gobierno, jamás hubo una adecuada política salarial, con la participación de todos los protagonistas de los haberes públicos en torno a una mesa que mantuviera una discusión seria. A punto tal que en casi dos décadas, la mayoría de ellas administrada por el radicalismo correntino, jamás el empleado público pudo abandonar la etiqueta de ser el peor asalariado de todo el país, con las indeseables consecuencias que eso trae aparejado.

 

En la misma situación de desgracia salarial caen por igual, de manera más que lamentable, los docentes, médicos, actores de la salud, policías y agentes estatales en general. Hoy considerados los peores pagos de todas las provincias.

 

Seguramente la varita mágica de Ricardo Colombi anunciando el 35% de aumento, los sacará de esa incómoda distinción.


 

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