Varias consultas realizadas por CorrientesHoy.com dieron como resultado el inconformismo existente entre los empleados públicos, léase médicos, docentes, policías, administrativos en general, con respecto a varias cuestiones que atañen al quehacer diario.
Ejemplos sobran: bajos salarios que están en línea con la pobreza, falta de insumos y equipamientos en varios ministerios, ausencia total de paritarias, compromisos institucionales jamás cumplidos, políticas salariales dictatoriales; sobrepoblación de factureros y monotributistas.
Por todo ello, de cara a las elecciones que se avecinan, se asegura que en el mano a mano, en las caminatas o mítines políticos, en las casas partidarias, siempre se intentará un acercamiento con el candidato (se eligen intendentes, concejales, legisladores, gobernadores –ejecutivo y vice-, entre otros), para obtener un compromiso público y serio, capaz de realizarse en la próxima administración que se hará cargo de la provincia a partir del 10 de diciembre.
Una voz de alerta, enciende la luz sobre la inestabilidad laboral, con el simple hecho de no haber fuentes de trabajo y la súper existencia de monotributistas, factureros y consejeros, quienes en caso de un cambio de administración y su consiguiente desplazamiento, podrían poner en riesgo la estabilidad misma de la administración pública.
No se descuida el detalle mayor de la política salarial de los que vienen, para saber a ciencia cierta qué harán con los sueldos correntinos, considerados los más bajos del país y, por ende, con sus destinatarios flotando en la línea de la pobreza.
Los organismos autárquicos, descentralizados o intervenidos, están sospechados de ser verdaderas cajas mágicas capaces de deparar inimaginables sorpresas. Serán puestos en el centro de la escena, para intentar lograr un poco esclarecimiento de tantos chanchullos que se dicen haber, a partir de cuerpos directivos, gerencias o interventores, escasamente amigos de la transparencia administrativa e institucional.
Así sucesivamente, la larga lista de los reclamos no tiene fin. Al cabo de 16 años de gobierno radical, ni siquiera sus directos colaboradores, como son los empleados públicos, saben dónde estamos parados como Provincia.
