Axel Kicillof , el último ministro de Economía del kirchnerismo -ejerció el cargo en los últimos años de mandato de Cristina Kirchner- traza una comparación muy negativa para el Gobierno de lo ocurrido en 2015 y en 2016: "El año pasado fue malísimo en tres parámetros: la actividad económica, que en 2015 había crecido un 2,6% y el año pasado cayó un 2,3%; la inflación, que según los privados había sido de 23% y que luego se duplicó, y el déficit fiscal que, con cualquier medición, aumentó entre uno y dos puntos de un año al otro". Esto se produjo, apuntó, "en el marco de un deterioro del salario y del empleo".
Enfatizó también que "los resultados fueron peores que los que habían estimado a principios de 2016, cuando hablaron [desde el Gobierno]de una inflación del 20 al 25% anual, un crecimiento económico del 1% y una reducción del déficit fiscal". Y agregó: "En la campaña presidencial de 2015 dijeron que nadie perdería nada, pero 2016 fue un año desastroso".
De todas las variables que se movieron, Kicillof dijo que "lo más significativo fue la caída del salario, que junto con el encarecimiento del crédito deterioró el mercado doméstico, con una caída del consumo del 10%".
Esa tendencia, aclaró, "parecería que se va a mantener este año: ya se ve con las paritarias, en las que buscan consolidar la caída del poder de compra".
Lejos de los "brotes verdes" que observa el Gobierno como para sostener su optimismo, el ex ministro de Cristina Kirchner señaló: "No veo que esté mejorando el poder de compra de ningún sector". De inmediato aclaró: "Lo que más me preocupa es el largo plazo: la desindustrialización y la reprimarización de la economía, y el reendeudamiento del país".
Kicillof ni siquiera cree que se cumpla el pronóstico oficial de crecimiento para este año.
"No hay sustento para poder ser optimista. Puede ser que el sector financiero y el agropecuario permitan algún crecimiento heterogéneo. Pero no va a crecer la industria; no hay motor y no veo interés del Gobierno." Las excepciones serán "sólo los ganadores del neoliberalismo, como el agro y el sector financiero", opinó.
Al referirse a la estructura del Ministerio de Hacienda, señaló: "Devaluaron el tipo de cambio sin pensar en la inflación; hay una mirada equivocada y mucha descoordinación. Hay muchas contradicciones entre los diferentes funcionarios y no hay una orientación económica definida; los ministerios están tabicados".
