n su intento por instalarse como líder de la oposición al gobierno de Alberto Fernández, el presidente Macri intenta disimular la pesada herencia que dejará. Sin embargo las estadísticas son contundentes. Mirá cómo estaba el país en 2015 y cómo está ahora.
El presidente Mauricio Macri comenzó a desandar las últimas semanas de su gestión con un único objetivo en mente: instalar, en medio del fracaso económico, una épica de triunfo. Liquidado el sueño reeleccionista tras estrellarse contra las urnas, el mandatario encontró sin embargo algo que creía perdido: la posibilidad de convertirse en líder de la oposición al gobierno de Alberto Fernández.
El 40% de los votos obtenidos por Macri sorprendió incluso a varios dirigentes del oficialismo. Tal es el caso de la gobernadora bonaerense saliente, María Eugenia Vidal, que antes de las elecciones ya comenzaba a probarse el traje de líder del principal espacio opositor.
El escenario, incluso en la derrota, cambió. Porque hay derrotas y derrotas y el duranbarbismo y la Jefatura de Gabinete a cargo de Marcos Peña insisten en presentar la sufrida el 27 de octubre pasado como una victoria.
A esa estrategia responde el intento de Peña y del ministerio de Hacienda a cargo a Hernán Lacunza por digitar la interpretación de la herencia que dejarán al próximo gobierno.
El documento titulado "Ocho puntos sobre la economía" intentan instalar una épica inexistente en el área en la que el macrismo fracasó con mayor contundencia: la economía. E intenta instalarla precisamente en contraposición con la tan mentada supuesta "pesada herencia" recibida en 2015 de manos del gobierno de Cristina Kirchner.
Sin embargo el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) recopiló algunos indicadores clave a la hora de evaluar una gestión de gobierno y comparó cómo estaban al final del gobierno de Cristina y como se encuentran, cuatro años más tarde, sobre el final del gobierno de Macri.
