Los cortes de luz en Corrientes ya son una constante, y a la vez una vergüenza. A esta altura del verano, todos los barrios de la Capital (y en el interior provincial) padecen con frecuencia la falta de este servicio vital. ¿Y las inversiones que vendrían con el tarifazo? ¿y el mentado cambio con el slogan de 'Lo mejor está por venir' que se prometía en campaña?
Nada se cumple en cuanto a obligaciones por parte de la prestación del servicio. Ni siquiera la atención adecuada para los usuarios que piden respuesta a través del 0800 de la Dpec. Pero eso sí, a la hora de cobrarle a los vecinos la tarifa no solo son puntuales sino que además, este mes, incrementaron la tarifa en casi el 100 % a todos los hogares.
La falta de luz nos perjudica a todos. Las familias deben soportar las altas temperaturas a oscuras por las noches y a la sombra de algún árbol durante el día. Los comercios se ven forzados a desechar mercaderías por la falta de refrigeración. Y ni hablar del caso de los ancianos o los enfermos, que se ven perjudicados por no poder refrigerar sus medicamentos. ¿Quién responderá por estos casos? ¿A quién hay que acudir ahora que se terminaron las campañas políticas y nadie ofrece soluciones?
Las única caja de resonancia de las quejas de los usuarios parecen ser las redes sociales. El Gobierno no da respuestas. Ni el Provincial, ni el Municipal, y tampoco aparece la Nación, el cual se suponía, traería soluciones a los problemas de los correntinos si se optaba por "el cambio".
Lo repitió en la mañana de este viernes el propio el jefe de Gabinete Marcos Peña, acompañado nada más y nada menos que por Carlos Vignolo, titular del Plan Belgrano que prácticamente no intervino en Corrientes. También estuvieron junto a él el gobernador Gustavo Valdéz y el intendente Eduardo Tassano. Nación-Provincia-Municipio, unidos, celebrando y prometiendo mejoras. Mientras tanto, la gente, padeciendo el calor, la falta de energía y pagando más caro el mismo servicio deficiente.
