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Política Panorama semanal de Chaco

No es sorpresa

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Crédito: 84074

Elda Pértile y Eduardo Aguilar lo negaron a Capitanich tres veces antes que cante el gallo. Sin embargo, ninguno de los dos se arrepentirá de ello. El senador nacional fue tentado incluso para hacerse cargo del ministerio de Educación, pero no quiso dejar la banca, encolumnado ahora abiertamente con el opoficialismo que conduce Miguel Pichetto. La diputada Pértile y Juan Mosqueda se asociaron a Diego Bossio. Sin embargo, no es precisamente una cuestión que tenga que ver con sus referentes partidarios sino el alineamiento que ellos tienen con el gobierno de Mauricio Macri.

 

Esa distancia es inversamente proporcional a la preocupación que el gobierno nacional tiene por las condiciones que paulatinamente se van degradando en el tejido social. Sin embargo no es una contradicción aislada. Aída Ayala descansa su argumento para aprobar el recorte a los jubilados o el denominado “consenso fiscal” en el hecho de que lo piden los goberndores, que en su mayoría son del PJ, a excepción del Alberto Rodríguez Saá de San Luis.

 

Atrás quedaron las declaraciones de campaña de Domingo Peppo sobre la presencia del kirchnerismo en el Frente Chaco Merece Más, incluso esos espacios todavía no se manifestaron en relación con la reforma previsional, laboral o impositiva.

 

Algunos no todos participaron de la reunión informal de dirigentes del PJ que repudiaron la persecución a Cristina Fernández de Kirchner, en la disparatada causa denominada “traición a la patria”.

 

Hubo reproches casi unánimes respecto de la decisión del juez Claudio Bonadío. Prácticamente todo el arco político salió a repudiar el dictado de prisiones preventivas o el pedido de detención de la principal figura de la oposición en la Argentina. Macri tuvo que soportar que su gobierno sea comparado con el de Venezuela en donde la persecución y arresto de dirigentes opositores también lo deciden jueces claramente controlados por el Ejecutivo que lidera Nicolás Maduro.

 

Una de las pocas excepciones fue el Partido Justicialista del Chaco. Su presidente, Domingo Peppo, publicó un comunicado en sus redes sociales en la noche del miércoles cuando todos se habían manifestado. Pese al desdén que representó un comunicado personal cuando correspondía una manifestación institucional, el texto era en extremo cuidadoso para no mencionar ni a Cristina ni a Macri.

 

El gobernador del Chaco resumía todo el conflicto en el exceso de un juez solitario con criterios propios para tomar decisiones. En la previa, sobraron los indicios de que el gobierno está teniendo fuerte intromisión en los despachos judiciales. No es que fuera una novedad, al contrario es prácticamente una tradición en este país, pero viene de aquellos que vinieron a Cambiar. Los que dijeron que no lo iban a hacer.

 

Pocas esperanzas hay entonces de que el Congreso sea la llave que va a impedir las durísimas medidas de ajuste y flexibilización que el gobierno nacional propone. El gesto se lo devolvieron los diputados de Cambiemos que con las dos manos votaron el presupuesto 2018 y casi más de 4 mil millones de pesos de nuevo endeudamiento de la provincia. Más de 400 millones más de lo que originalmente solicitaba Domingo Peppo.

 

Sonrientes votaban Carim Peche o Livio Gutiérrez y de paso despedían el fin de un ciclo y el que terminaba. Ellos mismos habían prácticamente acusado de traición a Sergio Vallejos cuando había tenido exactamente esta misma postura para la aprobación del Presupuesto 2017.

 

El ajuste es inminente. Pero lo más dramático es que se lleva a cabo sobre las espaldas ya curtidas de los trabajadores que en este año terminarán perdiendo el 50% del poder adquisitivo de sus salarios, si se toman los niveles de aumento obtenidos a lo largo del año y la inflación que terminará todavía por encima de lo que se espera, tomando diciembre que será uno de los índices más altos.

 

Paralelamente Peppo comienza a dibujar su propio espacio con fuerte señales de soledad. No tiene cuadros para rearmar su gabinete. Hubo dos dirigentes que directamente le dijeron no a la posibilidad de conformarlo. Probablemente haya habido más. Uno es Eduardo Aguilar. Así se pueden ver sobre los nuevos integrantes, demasiado poco para denominarlo relanzamiento o renovación. Mucho más cuando de lo que se trata es de salir de una derrota electoral.

 

Definitivamente 2018 será un año de pérdida de derechos. El gobierno pierde más todavía. El año que viene los dos tercios le quedarán más lejos todavía. Existe alta probabilidad de que el diputado Daniel Trabalón del Frente Grande pase directamente a la oposición, tanto local como nacional. Cuando todavía se retaceaba el apoyo de Cambiemos al crédito que pedía el gobierno buscó condicionar su voto a la sanción de la ley de pauta publicitaria. El gobierno no estuvo dispuesto a ceder eso. Incluso el pedido causó malestar. Justamente la pauta para los grandes medios locales constituye la única red de contención al malestar generalizado. No es que no exista, sólo que no se ve reflejado. Posverdad, se llama en estos tiempos.

 

El detalle es que mientras una gran porción de la sociedad comparte, aplaude y reclama el brutal ajuste, la otra debe soportar sus consecuencias. De ninguno de esos dos sectores terminará abrevando el Frente Chaco Merece Más. La consolidación de las políticas que llevaron a la derrota el 22 de octubre pasado no hace más que consolidar la dirección que ha tomado el electorado. En las mismas filas de desilusionados votantes del Frente Chaco Merece Más, ya se hacen pronósticos. En 2019 no llegamos ni a segunda vuelta.

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