La reforma laboral permitió al Senador por Río Negro atemperar las aguas y coincidir con el kirchnerismo de la Cámara alta nacional. Lo hizo, en momentos en que la dirigencia peronista de todo el país lo miraba de reojo como intérprete, y reaseguro del oficialismo en el recinto. El referente pejotista correntino, Rodolfo Martínez Llano lo había cuestionado duramente al acusarlo de interponer cuestiones personales por sobre las responsabilidades político-partidarias. Esta vez, el rionegrino recogió el guante. Decidió peronizarse y tender puentes con la ex Presidente. En los hechos, la ruptura del bloque producida por Pichetto favorecía al macrismo.
El líder de la bancada del PJ asumió una postura diferente a la pregonada en los últimos meses, las que permitieron a Cambiemos avanzar con reformas controversiales. Esta vez, el rionegrino decidió poner el freno y coincidir con el bloque del Frente para la Victoria (del que se separó), al momento de condicionar las modificaciones en el sistema laboral que pretende el Gobierno.
La impronta de Miguel Ángel trajo cierta calma en el peronismo nacional, desde donde emanaban críticas hacia el andar cuasi genuflexo, de quien decidió -en las extraordinarias- hacerle sentir las jinetas a la ex Presidente.
Dirigentes de distintos puntos del país, entre ellos Rodolfo Martínez Llano, le habían dado algo más que un tirón de orejas. "Prioriza cuestiones personales a las necesidades políticas", espetó el ex Diputado nacional por Corrientes, quien lamentó que con esta actitud el peronismo pusiera en riesgo el hecho de ser la primera minoría en el Senado, con clara incidencia en la integración del Consejo de la Magistratura. Martínez Llano dejó en claro que la ruptura del bloque del FpV en el Senado fue una decisión irresponsable, pues bien se podían mantener diferencias en lo partidario sin perjudicar el poder de fuego del justicialismo en la Cámara alta. En este marco, impedir la integración de Cristina al bloque fue una decisión que excede al Senado y afecta al PJ, que como partido nacional debe tener una estrategia política de conjunto sin que los senadores ni los gobernadores se atribuyan la representación del partido que, como principal oposición, debe asumir su rol de cara a la sociedad.
Pichetto, senador por la minoría por Río Negro quedó descalzado al ser desautorizado por el PJ de su provincia comandado por los hermanos Soria. El Senador se la había jurado a Fernández de Kirchner, cuando a ésta le tocó ingresar al recinto que él comandaba sin problemas. Hasta se ocupó de manifestar que no había lugar para Cristina en el Partido Justicialista y decidió disolver la bancada PJ-FpV para conformar el bloque Justicialista, en lo que con el correr del tiempo se volvió en su contra, determinando, ahora, que vuelva sobre sus pasos.
El tiempo pasó -apenas un mes y medio- y Pichetto colaboró para que Macri avanzara con la reforma fiscal, previsional y el Presupuesto. Sin embargo, esta vez aminoró la marcha.
La oportunidad la generó el debate por la reforma laboral, que introdujo en la discusión a la propia CGT y los Moyano. En este contexto, el titular del bloque PJ se plantó ante los líderes de Cambiemos y manifestó su oposición.
"Estamos dispuestos a abordar debates y discusiones, lo que no estamos dispuestos es a tolerar que se construyan iniciativas que no son defendidas por el propio Gobierno", expresó quien fuera el principal soporte de Cambiemos para la sanción de los proyectos más polémicos impulsados por la administración central.
Pichetto dejó en claro además que desde la bancada que dirige en el Senado, que responde a los gobernadores pejotistas, pondrá condiciones más estrictas al Poder Ejecutivo para mantener su condición de garante de la gobernabilidad. Lo que está claro es que el justicialismo no necesita un CEO en el Senado, sino quien articule políticas de conjunto en línea con una estrategia que no existe, producto de la virtual acefalia partidaria.
CRÍTICO
"Los logros alcanzados por el macrismo en el Congreso nacional se deben más a la debilidad del propio peronismo, que padece la ausencia de liderazgos. Hoy, el problema del justicialismo es Cristina (Kirchner) y el problema de Cristina es el justicialismo. Provocó que Pichetto tomase la decisión de quebrar el bloque del FpV, en una medida poco inteligente, y dejó al PJ con la posibilidad de dejar de ser la primera minoría del Senado", advirtió Martínez Llano.
"El PJ, como oposición, tiene su rol. Debe recuperar su vocación de poder para ser visto por la sociedad como una opción electoral", sostuvo para advertir de inmediato que "hoy su problema es la falta de liderazgo", e instó al observar el andar cuestionable de Pichetto y de algunos exponentes correntinos en la Legislatura.
