Con entusiasmo militante, el delegado normalizador asumió oficialmente sus funciones. Entre sus definiciones, dijo que la misión del justicialismo es "interpretar a la gente" que quiere el fin de "este gobierno nefasto". Ayer dio tres señales fuertes de equidistancia y dio una vuelta de tuerca sobre la Cooperativa.
Con entusiasmo militante, el delegado normalizador asumió oficialmente sus funciones. Entre sus definiciones, dijo que la misión del justicialismo es "interpretar a la gente" que quiere el fin de "este gobierno nefasto". Ayer dio tres señales fuertes de equidistancia y dio una vuelta de tuerca sobre la Cooperativa.
El delegado normalizador del Partido Justicialista de Corrientes, Julio Sotelo se autodefinió ayer como "alguien que viene a tratar de unir al peronismo correntino. Para que seamos capaces entre todos de poder interpretar a la gente, que hoy quiere, como en nuestra provincia también, que (el presidente Mauricio) Macri termine este gobierno nefasto que está haciendo en la República Argentina".
Tales fueron sus palabras inaugurales al asumir ayer formalmente su función en la sede central de PJ correntino en la Capital de la Provincia.
Entre sus principales conceptos señaló: "No me gusta la palabra interventor, vamos a poner normalizador, me parece que es una palabra más suave, porque interventor a nosotros los peronistas nos trae a algunas cuestiones que no son… casi cuestiones de piel".
Sotelo viene precedido de una vasta trayectoria. Fue integrante y presidente de la junta local partidaria de su pueblo durante 20 años y luego integrante del Consejo Provincial del partido hasta el presente. Fue secretario general, vicepresidente y congresal nacional.
Explicó que "tenemos un objetivo mediato y un objetivo inmediato. El inmediato no debe nadie ponerse al costado, sino que todos tenemos que ponernos al frente de la lucha para que este 27 de octubre Alberto Fernández y Cristina Kirchner sean presidente y vicepresidente en primera vuelta. Y en especial en la provincia de Corrientes que en los 19 distritos que hay elecciones gane el peronismo y que podamos consolidar y seguir ganando en nuestra provincia de Corrientes y ya me siento propio para poder llevar adelante ese proyecto".
Apuntó que "nadie puede mirar para el costado, porque es la historia la que nos está llamando a recuperar el Peronismo que gobierne esta querida provincia".
Indicó que "tenemos que consolidar la victoria del Interior y tenemos que ampliar los votos que sacamos en Capital".
CLAROS CONCEPTOS
En el discurso de asunción, Julio René Sotelo dijo, entre otros conceptos:
"Compañeras, compañeros: no me gusta la palabra interventor, vamos a poner normalizador, me parece que es una palabra más suave, porque interventor a nosotros los peronistas nos trae a algunas cuestiones que no son… casi cuestiones de piel.
En primer lugar eso, quiero venir a Corrientes, un lugar que me dio mucho espacio a mí en los tiempos de estudiante, también cuando trabajábamos como presidente de la Cámara y acá me encuentro con alguien que trabajó conmigo en aquella vieja historia del Crecenea que lamentablemente perdió muchísima fuerza y como consecuencia la unión de las distintas provincias.
Pero fundamentalmente ahora con este nuevo trabajo que me dieron, se obvió en el currículum que leyó el compañero, muchas cosas, entre ellos, un tema que para mí es lo más importante para estar presentándome ante ustedes. He sido integrante y presidente de la junta local de mi pueblo durante 20 años y he sido integrante del Consejo Provincial del partido desde que me acuerdo hasta ahora. Y he sido Secretario General, Vicepresidente, todas esas cosas del partido… Congresal Nacional… siempre. Así que fundamentalmente me parece que eso es lo único que podemos decirnos entre nosotros, porque eso es lo que nos une como compañeros.
El trabajo que hoy tengo, no es alguien que viene a hacer cosas por su cuenta para tratar de marcar un camino, sino alguien que viene a tratar de unir al peronismo correntino. Para que seamos capaces entre todos de poder interpretar a la gente, que hoy quiere, como en nuestra provincia también, que Macri termine este gobierno nefasto que está haciendo en la República Argentina".
Tres señales que marcan la impronta de su gestión
Julio Sotelo es consciente de las dificultades que supone moverse en las fangosas arenas del peronismo correntino, que se han comido a siete interventores partidarios.
Desde el principio su Norte pareció claro en el sentido de venir a normalizar el partido, viendo la unidad como un proceso que surge de elecciones internas que sean limpias y transparentes con igualdad de oportunidades para todos los sectores en pugna.
Si alguien en algún momento se arrogó el padrinazgo de su designación o creyó que su gestión vendría orientada a favorecer a algunos en detrimento de otros, poco a poco comienza a delinearse lo que será el sello de su gestión.
A la postre, es un dirigente político con peso propio y trayectoria de partido por lo que resulta lógico su aspiración de culminar su tarea con el reconocimiento de todos los sectores del peronismo, posicionando al partido como una opción electoral. Amén de ello, también parece lógico que busque pisar fuerte agregando un nuevo lauro a su dilatada carrera política. Asumió un desafío difícil en un momento difícil y así como tiene mucho para perder tiene mucho para ganar si muestra muñeca para imponer un criterio propio y racional a la hora de encausar su gestión.
Ayer dio tres señales tan claras como contundentes, que no pasaron desapercibidas.
La primera fue la decisión de sentarse solo a la mesa, algo que fue bien visto por la militancia peronista.
La segunda: la decisión de designar como apoderado de la Intervención del PJ a un hombre de su Provincia que lo secunda en la tarea, Raúl Bittel, sin otorgar continuidad a los apoderados preexistentes, la mayoría de los cuales integrantes de la llamada Cooperativa.
La tercera fue la decisión de convalidar la remoción como apoderados del Frente de Todos de Félix Pacayut y "Tito" Meixner, espadas del fabianismo, cuya salida fue impulsada por los partidos aliados en un pase de facturas por las situaciones que se generaron con la alianza provincial.
Con estas tres señales, el Interventor abrió una cuota de esperanza en un peronismo que viene de sucesivas derrotas y que nunca hasta ahora hizo una autocrítica, aunque a esta altura resulta evidente que los mariscales de tales derrotas han entrado en una meseta de plano inclinado con pocas posibilidades de revalidar títulos en una interna que estará para alquilar balcones. El Libertador
