La próxima semana encuentra al Gobierno en una posición difícil, ya que tendrá que enfrentar a la vez una medida de fuerza docente de 48 horas y el paro nacional y movilización impulsado por la CGT para el martes. Y lejos de acercar posiciones, el Gobierno redobla la apuesta y apunta contra la dirigencia de la central obrera a la que acusa de romper el diálogo.
"No hay que dejarse llevar por un contexto que tiene que ver con lo político", acusó Jorge Triaca, el jefe de la cartera laboral, quien no encuentra explicaciones para la medida de fuerza del próximo 7 de marzo, ya que considera que la situación social no justifica una acción de este tipo: "Creemos que lo peor ya pasó".
"No dejamos de reconocer que el año pasado fue muy difícil porque teníamos que recomponer una economía que estaba muy dañada, no solo en relación con la inflación sino también en relación a la restricción del desarrollo de la producción y la economía", aseguró Triaca.
"No dejamos de reconocer que hay sectores que tienen dificultades, trabajemos sobre esos sectores y no nos dejemos llevar por un contexto que tiene que ver con lo político", se quejó, a la vez que afirmó que durante el segundo semestre del año pasado se notó un crecimiento del empleo.
"Entramos en el proceso de negociación paritaria y es razonable que en ese proceso haya reclamos de las organizaciones gremiales", agregó el funcionario.
