Ni el gobierno nacional le tiene fe al Presupuesto 2018 como le tiene el gobernador Domingo Peppo. Un día después de haber sido sancionado con acompañamiento del bloque Argentina Federal que representa a los gobernadores, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, junto al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, “recalibraron” las metas de inflación del año que comienza mañana y provocaron una devaluación.
Del 10% de inflación estimado, saltaron al 15 por ciento. Sólo hay que recordar que la previsión para el 2017 fue del 17% y terminará siendo superior al 24%.
Hubo una fuerte cobertura mediática para no analizar el movimiento como un fracaso de las políticas antiinflacionarias del macrismo –luego de dos años de gestión- y todavía se hacen malabares para intentar explicar cómo afecta la disparada del dólar que ya empezó a tocar precios y, entre otras cosas, se avecina un nuevo aumento en los combustibles.
Deprimir el mercado interno para bajar la inflación no dio resultados. No sólo no bajaron los precios, sino que siguieron subiendo. El gobierno quiere cambiar ahora para ver si los brotes verdes se expanden, porque si aparecieron no llegaron a todos. En el Chaco, prácticamente a ninguno.
En la provincia, los encargados de esa protección mediática contabilizan “una por una” las obras públicas nacionales que logró el gobierno de Domingo Peppo a cambio de aplicar el brutal ajuste a los jubilados “sin que a la provincia le cuesta un peso” y seguramente darle el mismo apoyo a la reforma laboral que el presidente Mauricio Macri quiere aprobar en febrero.
Tras la derrota de octubre y pese a la designación de su nuevo jefe de Medios, el villangelense, Aldo Almirón, el curso del relato oficial en la provincia, se mantiene incólume influido por la estética le impuso en estos años el secretario general Horacio Rey.
Junto al ministro de Hacienda, Cristian Ocampo, Domingo Peppo reivindicaba que el paquete “histórico” de obras para el año que viene estaría en el orden de los 65 mil millones de pesos. Importa saber cuánto terminará siendo la devaluación después del anuncio de Peña-Dujovne, para saber si el anunciado despegue se mantiene o terminará igualando a la baja los anuncios que ya en septiembre colocaban a la provincia del Chaco en el último escalón del ranking del gasto por habitante contenido en el proyecto de presupuesto presentado en aquella oportunidad.
Sólo para tomar números fríos, contabilizando sólo el 2018 la previsión de aquel entonces eran casi 40 mil millones de pesos. La cifra se corresponde a prácticamente el 75 por ciento del presupuesto total de la provincia del Chaco.
Si tomamos en cuenta que el presupuesto 2018 aprobado por la Legislatura el 6 de diciembre pasado es de 62 mil millones de pesos, de acuerdo a lo anunciado ahora por Peppo-Ocampo, la Nación destinará a la provincia una inversión que superará en 3 mil millones a la ley de leyes aprobada por la Cámara de Diputados chaqueña.
Tantos recursos para la provincia no explican la amarga sensación con que los chaqueños finalizan este 2017. La inyección de optimismo que pretendió aplicar el gobierno analizando la inversión nacional para el año que viene está muy cerca de un placebo.
Dentro del paquete de obras se incluyeron párrafos como “Además se anota la obra para construir una autopista en la ruta nacional 16 entre Sáenz Peña y Salta, con una inversión total de 1.547,4 millones de pesos, aunque casi sin tocar territorio chaqueño porque la traza comienza en el límite entre Chaco y Santiago del Estero”.
Si el gobierno de Domingo Peppo está celebrando con obras de este tipo cuando hay más de 150 km. entre Sáenz Peña y Pampa de los Guanacos (Santiago del Estero), no cuesta imaginar lo que deben estar haciendo en el gabinete de Gerardo Zamora.
Buena parte de los 65 millones, aclaran además, “Quedarán a expensas de una autorización del jefe de Gabinete, Marcos Peña” entre ellas “la construcción de la defensa para el barrio San Pedro Pescador, varias obras hídricas y de regulación de inundaciones, desagües cloacales y una autopista en la ruta nacional 16”.
Sólo para tomar una idea de lo disciplinante que será el paquete de obras públicas. Si hasta ahora tuvimos en el Chaco un gobierno con un alineamiento incondicional con el de Mauricio Macri, prácticamente sin obras públicas ejecutadas en territorio chaqueño, no hace falta ser extremadamente previsor para entender lo que ocurrirá en los dos años de mandato que quedan si una parque del paquete “queda a expensas de una autorización” de Marcos Peña.
Pero finalmente, no hay definiciones precisas respecto de cuánto de esos anuncios se ejecutarán efectivamente en 2018 y cuánto en los años venideros. Si en los cálculos del gobierno provincial (los 65 mil millones) está contemplado el segundo puente Chaco-Corrientes se incluyeron entonces unos 36.371.873.776 pesos, pero en los avances específicos previstos para esa obra solo el 8.33% prevé ejecutarse el año que viene, luego de la licitación que debería hacerse a mediados de año, si bien es positivo asegurar la concreción de la obra, el impacto para el año venidero será de poco más de 2 mil millones de pesos, el resto debería ir ejecutando en años subsiguientes.
Vale decir entonces, que el efecto placebo podría devolverlos a la realidad a fines del año que comienza mañana cuando se cierren los cálculos y la provincia vuelva a encontrarse en el punto de partida.
Chaco termina un año de fuerte ajuste, y debe tomarse en cuenta que recién en 2018 con el “consenso fiscal” aprobado por el Congreso y la Legislatura provincial se impondrán nuevas medidas de achicamiento del déficit para lograr la “meta no recalibrada” de déficit 0 en 2019.7
Los vientos no son los más favorables, pero no por eso se debe dejar de esperar un año 2018 mejor. Que así sea.
