Según un estudio, es porque siguen comiendo mal y no hacen actividad física.
Los kilos vuelven a aparecer a los cinco años de la cirugía. En la Argentina, se hacen 5.000 por año.
Las cirugías para bajar de peso se desarrollaron como un modo de combatir la epidemia de obesidad. En la Argentina, se practican 5.000 operaciones por año, y en los Estados Unidos, más de 200.000. Pero ahora se sabe que tienen limitaciones. En promedio, 3 de cada 10 pacientes que se operan vuelven a ganar parte del exceso de kilos que perdieron dentro de los 5 años posteriores a la cirugía.
Hoy, las técnicas más usadas por los cirujanos son el llamado “bypass gástrico laparoscópico” y la “manga gástrica laparoscópica”, que son dos maneras de reducir al estómago de los pacientes. Según la reglamentación de la ley de obesidad, en la Argentina son para pacientes con un índice de masa corporal superior a 40. Después de acceder a la cirugía, 2 de cada 10 de los que se hacen un bypass vuelven a ganar peso, y 4 de cada 10 de los que se someten a la manga engordan. Este último dato surge de un estudio en 443 pacientes que accedieron a la manga gástrica en Israel y fue publicado en la revista de medicina Jama Surgery.
“La razón es que el estómago se dilata, y los pacientes vuelven a comer más. Muchos dejan de consultar a un profesional en nutrición porque se sienten bien y creen que no lo necesitan, pero no comprenden la importancia del control”, dijo a Clarín Andrei Keidar, investigador del Hospital Beilinson, en Israel, que lideró el estudio. “El problema del aumento de peso se debe principalmente a que no todos los pacientes pasan a consumir comida saludable, y a practicar actividad física después de la cirugía”, comentó Alejandro Grigaites, director de Programa Unidades Bariátricas y miembro de la Asociación Argentina de Cirugía. Hay otras razones.
Según señaló a Clarín Michel Gagner, cirujano en el Hospital Sacre Coeur de Montreal, Canadá, “se gana peso después de la cirugía porque el tejido gástrico se estira y se aumenta la capacidad para comer. En esos casos, la cirugía no cambia el perfil genético de los pacientes, sino que el cuerpo está tratando de cambiar lo que el cirujano hizo. En el caso del bypass, el paciente puede controlar el síndrome de consumir muchos dulces por un tiempo, y volver a sufrirlo”.
Ya antes de pasar por el quirófano, se recomienda la consulta con psicólogos y nutricionistas, y en planificar mejor el futuro. “Los pacientes deben saber que la cirugía es una herramienta de ayuda para que alcancen sus metas de pérdida de peso y que se requiere su colaboración para que adopten opciones por comidas saludables”, resaltó Thomas Magnuson, jefe del departamento de cirugía del Centro Médico Bayview y profesor asociado de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, en los Estados Unidos. Añadió: “En muchos casos, el objetivo principal de la cirugía no es la pérdida de peso, sino mejorar cuestiones relacionadas con la diabetes, la hipertensión, el nivel de colesterol alterado, la enfermedad cardiovascular, las apneas del sueño, y mucho más. Muchas de esas situaciones pueden mejorarse significativamente con una modesta pérdida de peso durante los primeros meses posteriores a la cirugía.
Numerosos estudios demuestran que las cirugías no sólo son segura, sino que realmente prolongan la vida en comparación con las personas que no son operadas”. En cambio, para Anita Courcoulas, del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, en EE.UU., aún faltan datos sobre el impacto de la manga gástrica a largo plazo, y recomienda el bypass, ya que “hay ensayos clínicos que demuestran que logra una remisión de la diabetes”.
Oscar Brasesco, que está a cargo del servicio de cirugía bariátrica de la Fundación Favaloro y el Hospital Austral, y presidente a la Sociedad Argentina de Cirugía de la obesidad, insistió: “Las cirugías son apenas una parte de una terapéutica mucho más amplia contra la obesidad. El éxito depende de que el paciente haga un cambio profundo y permanente en su vida, que incluye abandonar la comida chatarra y agregar actividad física”. (Clarín)