El sistema energético que rodea a la Escuela Misericordia, en pleno centro capitalino, Buenos Aires y 9 de Julio, a escasas cuadras de las oficinas centrales de la DPEC y a muchos menos metros de Casa de Gobierno; durante esta jornada dijeron basta e impidieron cualquier servicio medianamente serio que alimentara de electricidad al histórico colegio correntino, donde no se pudo mover una paleta de ventilador, ni arrancar un mínimo de aparato de aire acondicionado.
Ni soñar con subir el agua a los tanques de hidratación de la escuela bajo administración religiosa; por lo que sus autoridades, mientras se abanicaban a la antigua, tuvieron el tino de suspender las clases para las invivibles horas de la tarde.
La Escuela Misericordia en sus tres niveles –Inicial, Primaria y Formación Profesional- suspendió en la fecha las actividades del turno tarde debido a los cortes reiterados de energía eléctrica, situación agravada porque las interrupciones provocaron desperfectos técnicos que evitaron la provisión de agua en el establecimiento de nivel primario e inicial.
La confirmación oficial está firmada por Mónica Lezcano (directora de la Escuela); Marcela Duarte (directora del Jardín 23); y Francisca Díaz (jefa del Taller de Formación Profesional).