A punto de cumplir 35 años de trayectoria, los correntinos cuentan cómo sobrevivieron a los cambios permanentes de la industria. Además, adelantaron nuevos proyectos y confesaron unas ganas locas de de volver a Cosquín y a Jesús María.
Próximos a cumplir 35 años de trayectoria en la música, Los Alonsitos aseguran que transitan por uno de los momentos más plenos y maduros de su carrera.
"No tenemos recuerdos que no estén ligados a la música, o a Los Alonsitos", apunta Marcelo Roselli, uno de los integrantes de la banda correntina. Y sus palabras adquieren un sentido lógico al advertir que tanto él, como Ariel Báez y Marco Roselli, tenían menos de 10 años cuando, en 1985, comenzaron a dar sus primeros pasos de la mano del chamamé, género que hoy los tiene como referentes.
Aunque en el plano musical crecer mientras estaban de gira les aportó “alegrías incomparables”, a nivel personal no ignoran que esto los obligó a madurar y adquirir responsabilidades “difíciles de asimilar y entender a esa edad”.
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“Tuvimos que madurar arriba de un micro de gira. A los 12 años estábamos teniendo contratos, responsabilidades, dinero, y una realidad muy distinta a la de nuestros compañeros. La ausencia, el hecho de perdernos momentos familiares únicos y la resignación de no poder programar algo porque te salía una gira creo que fue lo más difícil”, apunta Ariel, pero Marcelo entiende que todo esto fue parte de la “colimba artística” que forjó las bases que le permitió a la banda mantenerse vigente durante más de tres décadas.
“Hoy existen otras herramientas para hacerse conocidos. Las redes sociales y los canales de difusión que tienen que ver con la parte digital hacen que sea mucho más fácil lograr lo que a nosotros nos costó kilómetros de sudor. Pero, aunque esto es positivo, lo que se logra de esta manera también puede ser muy efímero. La base sobre la que se planta una carrera artística es el recorrido y el contacto directo con la gente”, precisa Marcelo.
– En estos 35 años ¿cuál consideran que ha sido uno de sus mayores logros como banda?
– Ariel Báez: Hemos madurado mucho como banda en estos años y desde hace un tiempo logramos tomar absolutamente el control de la musicalidad del grupo. Estamos en un momento en el que aceptamos referencias y trabajar con productores, pero somos conscientes de lo que queremos y nos sentimos seguros con eso. Uno puede triunfar o morir, pero si morís en la tuya, o triunfás en la tuya, tiene un gusto especial.
“Durante los primeros 10 o 15 años de la banda nuestro objetivo fue encontrar un sonido propio, que la gente nos escuche y nos identifique. Lograrlo fue parte de nuestro proceso de maduración desde el punto de vista musical. Hoy nos sentimos plenos en una etapa compositiva. Después de haber logrado el sonido que queríamos de Los Alonsitos, hoy nos focalizamos en cantar nuestras canciones”, sigue Ariel.
“En una primera empezamos cantando clásicos de Corrientes, canciones de otros autores o temas que otra gente escribía para nosotros. Ahora estamos en una etapa en donde, más que nada, cantamos nuestras canciones”, agrega orgulloso Marcelo.
Los Alonsitos y Córdoba
“Somos producto de los festivales cordobeses. Córdoba es una provincia que para nosotros es importantísima, nos marcó la carrera. Hay un antes y un después de Cosquín, y un antes y después de los festivales cordobeses”, asegura Marco.
– ¿Está en sus planes volver a los festivales de Córdoba este 2020?
– AB: Jesús María, Cosquín y el Festival de Peñas de Villa María han sido fundamentales en la base de nuestra carrera, sentimos la necesidad de volver, pero lo estamos conversando. Hace mucho que no venimos a los festivales de Córdoba.
En Cosquín no estamos hace tres años, la última vez fue en un momento en el que hubo un cambio de organización, y a veces la asistencia o no depende de los gustos de las comisiones. Estamos en tratativas con Festival de Peñas de Villa María, y seguramente se van a dar las condiciones. Pero con Cosquín y Jesús María aún no tenemos nada cerrado. Sabemos que gran parte de sus grillas está cerrada, aunque quedan algunos días para seguir definiendo.
Independientemente de cómo se defina su grilla festivalera, Los Alonsitos se sienten unos afortunados de poder seguir de gira, y de tener un público incondicional que los sigue desde “la primera hora”. “Salvando las distancias, sentimos que en cada recital vamos ‘sandrinisando’ el chamamé.
Nos encontramos con chicas y chicos que eran del Club de fans en nuestros inicios, y hoy van a los shows son sus hijos. Eso es parte del crecimiento y nos llena de felicidad”, dice Marcelo en una divertida comparación de sus fans con las “chicas” de Sandro y Ariel reflexiona: “En este mundo, y en este país, hacer lo que uno quiere, lo que uno ama, sentirse completo, lleno y desarrollado en lo que uno siempre quiso, es realmente un privilegio y lo vivimos como tal”.