El ex delantero del equipo de Gallardo sigue ligado sentimentalmente al Millonario y se entusiasma con poder festejar otra Copa como hincha.
Ya no es más jugador de River desde hace cuatro meses, aunque el vínculo de Ignacio Scocco con la Banda será eterno, no sólo por la huella que dejó en el club desde julio de 2017 hasta el 30 de junio de este año, cuando finalizó su contrato y decidió regresar a Newell's, su otro gran amor, sino principalmente porque el goleador de Hughes lleva a River en la sangre, creció admirando a Enzo Francescoli y al Burrito Ortega y con el sueño de triunfar con en el Monumental.
Entonces, por más que en este momento Nacho esté plenamente enfocado en arrancar la Copa de la Liga Profesional Argentina de la mejor manera con Newell's, se mantiene muy expectante con todo lo que sucede en Núñez. "A River lo sigo viendo y lo sigo apoyando desde casa. Tengo todos mis compañeros ahí, siempre le voy a desear lo mejor y haciendo fuerza para que le vaya bien", dijo el delantero de 35 años en #ClossContinental (AM 590).
Justamente, al mirar los cuatro partidos de River en la Copa Libertadores desde el reinicio de la competencia (2-2 ante San Pablo en el Morumbí, 6-0 contra Binacional en Lima, 2-1 frente al equipo paulista en Avellanada y 3-0 vs. Liga de Quito también en el estadio de Independiente), Scocco se entusiasma con que sus ex compañeros puedan llegar a jugar la final de la Copa por tercer año consecutivo. "Viendo cómo arrancó River después del parate, su nivel es ilusionante", calificó Scocco, pese a reconocer, por experiencia propia, que "la Copa tiene instancias muy difíciles".
El delantero que enamoró con su calidad a los hinchas de River durante tres temporadas porque convirtió 38 goles en 90 partidos (un promedio de 0,46), metió dos fundamentales contra Boca (en la Supercopa Argentina 2018 y en el 2-0 en la Bombonera (por el torneo local en septiembre de ese mismo años) y festejó cinco títulos en el club (Libertadores 2018, Recopa 2019, Supercopa 2018 y Copa Argentina en 2017 y 2019), también confesó que se quedó con la espina de no haber ingresado en la final de la Copa del año pasado contra el Flamego. "Me quedé con las ganas de entrar en Lima porque soñaba con hacer un gol".
Ahora, su sueño vuelve a ser el del hincha, que además se suma al deseo de que les vaya bien a sus ex compañeros y a Marcelo Gallardo, con quien mantiene un relación fluida y afectuosa pese a haberlo amargado con el doblete que le metió en el amistoso que jugó Newell's en el River Camp hace dos semanas.