Héctor David Martínez y Julián Álvarez anotaron para el Millonario, que sacó adelante un partido complicado y se acomodó en el Grupo D de la competición.
River resolvió un partido difícil y cosechó su primera alegría en la presente edición de la Copa Libertadores: derrotó 2-0 a Junior de Barranquilla gracias a los goles de Héctor David Martínez y Julián Álvarez y se acomodó en la cima del Grupo D, con cuatro unidades, igual que Fluminense. Mauricio Borja descontó para la visita.
El Millonario se topó con un rival incómodo. Junior también apostó a la presión alta y, con inteligencia, el entrenador Luis Amaranto Perea (aquel defensor ex Boca) dispuso dos hombres bien abiertos (Hinestroza y Pajoy) para aprovechar las espaldas de Montiel y Angileri, los carrileros locales. La visita, con movilidad y buen pie, progresó con criterio y opuso una interesante resistencia; le disputó mano a mano la tenencia a los conducidos por Gallardo.
Así, Pajoy llegó dos veces a posición de gol: en una, su remate tres dedos salió desviado; en la otra, se sacó de encima a Armani con un sombrerito y restó la defensa. Aún con las dificultades planteadas por su adversario, River, por jerarquía, generó peligro. A los 17′, el árbitro le anuló correctamente un gol a Álvarez porque previamente un remate de De la Cruz había dado en las manos de Palavecino. El propio ex Platense, con un intento de media distancia, le quemó los guantes al arquero Viera.
En el medio, la polémica. A los 23, el juez Benítez omitió un evidente penal de Héctor David Martínez a Borja, a quien tomó dentro del área. Además, debía ser expulsado por evitar una ocasión manifiesta de gol. Y cinco minutos después fue el ex Defensa quien convirtió el 1-0 para el dueño de casa, con una excursión ofensiva.
La gran polémica, el penal de Martínez a Borja no sancionado
El cotejo siguió siendo de ida y vuelta, aunque la Banda, acostumbrado a llevar el pulso del juego, nunca se sintió al control, algo que generó inquietud en el cuerpo técnico encabezado por Gallardo, que evaluó modificaciones desde la mitad de la primera parte: incluso mandó a calentar al juvenil Simón.
En el epílogo, casi amplía el score el local: Robert Rojas, de cabeza, forzó la atajada poco ortodoxa de Viera. La pelota quieta terminó siendo una fortaleza de River.
En el inicio de la segunda etapa, el Millonario volvió a sufrir. A los 5 minutos, el defensor Ditta avanzó casi sin oposición y sacó un remate que dio en el palo. Del rebote, González volvió a intentar y su lanzamiento volvió a llevar riesgo al arco de Armani.
Pero, a diferencia de otros encuentros en los que llega mucho y no puede concretar, River hizo gala de su efectividad. Y, a los 9, selló el 2-0. Palavecino habilitó a Angileri, quien soltó un buscapié que Julián Álvarez anticipó con todo el oficio del N° 9.
El 2-0 de Álvarez
En ventaja, con espacios, River disfrutó de las transiciones rápidas que ya llevan su sello. Carrascal dibujó un par de acciones lujosas que pudieron derivar en la tercera conquista. Pero, al mismo tiempo, Junior siguió desnudando vulnerabilidades en su rival. Y, en el cuarto minuto de descuento, gritó. A Borja le quedó la pelota tras un pelotazo y con un toque cruzado, no perdonó.
El conjunto millonario había iniciado su camino con una igualdad 1 a 1 ante Fluminense en Río de Janeiro. Y puso en valor ese punto cosechado como visitante con un triunfo en su hogar. Más allá de eso, Gallardo sabe que debe sellar las grietas que viene exhibiendo su equipo en medio de su reconstrucción. Las mismas que develó San Lorenzo por la Copa de la Liga el último fin de semana y que, ante Junior, no pusieron en riesgo el triunfo porque River opuso pericia en la definición.