Una postal que se repite en el centro comercial de la Capital de Corrientes es la de locales vacíos, en medio de un acentuado ajuste del modelo económico que recién entra en recesión y que muestra un horizonte incierto. Con ello, caen las inversiones y empeora la situación de los desocupados que buscan empleo en el rubro y de aquellos trabajadores que esperan mejoras salariales en los puestos que conservan.
De acuerdo a un relevamiento de Corrienteshoy.com, la crisis en el comercio correntino comenzó en diciembre pasado, se acentuó en abril cuando cayeron las expectativas después de las vacaciones de verano y empeoró a fines de mayo y junio con la permanente escalda del dólar y el incremento de todos los costos.
Los alrededores de la peatonal Junín, fundamentalmente por las calles Yrigoyen y 9 de Julio, suman locales comerciales con carteles de alquileres en medio de un fuerte incremento en todos los costos de mantenimiento de los negocios y de una continuada caída en las ventas en el consumo minorista.
De acuerdo a consultas de Corrienteshoy.com, en los últimos días cerraron locales de venta de ropa, zapaterías, artículos de belleza, servicios telefónicos, informática y mueblerías por calle Yrigoyen, donde se observan los carteles con las ofertas de alquiler de esos lugares, mientras que otros ya llevan entre dos y tres meses vacíos en distintos lugares del centro correntino.
Los comerciantes que resisten a la crisis señalan que el motivo principal motivo del cierre de locales es la caída en las ventas, es decir, la merma de gente que ingresa y compra y la cada vez menor demanda de productos por clientes.
Significa que el descenso del comercio en general es provocado por la caída del ingreso salarial de los consumidores, principalmente. Después, los comerciantes apuntan contra la inflación de cotos: los alquileres que aumentan por encima del 30 por ciento anual, el tarifazo eléctrico que ya acumula casi 100 por ciento en el primer semestre de 2018, el 30 por ciento de suba en los impuestos municipales de este año; a su vez, también los complica las subas en seguros y sistemas de seguridad.
Esta crisis del comercio minorista de Corrientes también complica al negocio de las inmobiliarias y propietarios porque tardan más tiempo en alquilar un local, aunque no hay ejemplos en los que bajen el precio que piden pese a la caída de la demanda.
Los locales permanecen vacíos porque, al caer el consumo, aumenta el riesgo de la inversión que puede hacer el comerciante para montar un local. No se observa un interés por destinar dinero para habilitar una nueva boca de ventas.
Además, los créditos para la inversión que otorgan bancos públicos y privados se fueron las nubes porque imponen tasas de interés de más del 70 por ciento anual y no hay garantías de que puedan pagarlos si las ventas siguen para abajo.
Otro ejemplo de las consecuencias de la crisis del comercio es el empleo: se considera que se pierden al menos cuatro puestos de trabajo por cada local que permanece cerrado en el centro correntino.
