Esta semana confirmaron la muerte de Rodrigo Galarza, el destacado compositor y guitarrista de la música correntina. Los detalles.
El luto envuelve a la música correntina con la trágica noticia del fallecimiento de Rodrigo Galarza, el talentoso guitarrista de 33 años. Integrante esencial de un trío chamamecero junto a Pablo Delvalle y Billy Fernández, Galarza también dejó su marca en la banda de la comparsa Ará Berá.
La muerte de Rodrigo Galarza ocurrió durante la noche del lunes. Su música, expresión elocuente donde las palabras no alcanzaban, se silenció después de una valiente lucha contra una enfermedad que lo llevó a internarse. Su corazón, sin embargo, finalmente no pudo resistir.
Con las cuerdas de su guitarra, Galarza tejía melodías que trascendían el lenguaje. Aunque su versatilidad lo llevó a explorar diversos géneros como el jazz y el rock, el músico se aferró a las raíces de la cultura correntina, especialmente al chamamé y al carnaval.
Rodrigo Galarza y su larga trayectoria musical
Rodrigo Galarza formó parte de un trío que se destacó en la Fiesta Nacional del Chamamé, siendo artistas principales en varias ediciones. Juntos, con Delvalle y Fernández, grabaron el aclamado disco “Paisajes”, un testimonio de la calidad de sus composiciones musicales.
En el carnaval, el artista fue miembro de la banda de Ará Berá y se destacó en el corsódromo Nolo Alías y otros escenarios festivos. Incluso en el 2022, estaba destinado a tener un papel destacado en la propuesta del “Rayo”, con una intervención solista en guitarra durante los shows en el Cocomarola.
Su música, siempre universal pero arraigada en la identidad local, lleva la firma de más de 50 composiciones, incluyendo “Paisajes”, “Encanto nocturno”, “Niño” y “Embrujo”, entre otros, mayormente instrumentales.
Además de su destacada carrera musical, Galarza fue un esposo y padre amoroso de dos pequeños de 1 y 4 años. Su generosidad y humanidad se extendían más allá de la música, ya que con frecuencia llevaba su arte a geriátricos e instituciones sociales.
En su despedida, la sala de velatorio estaba repleta de amigos y artistas, testamento de la cosecha abundante de amistad genuina que Galarza cultivó. La música también estuvo presente en su adiós, con Billy Fernández en piano, Pablo Delvalle en bandoneón y José Víctor Pineiro en guitarra despidiéndolo con temas de su autoría.
