En la catedral se realizó ayer la misa crismal, presidida por el arzobispo de Corrientes. Remarcó la importancia de la unión y acompañar en situaciones vulnerables.
En la tarde de ayer, se realizó la misa crismal en la Iglesia Catedral, presidida por monseñor Andrés Stanovnik, quien les habló a los sacerdotes. En esta celebración se consagra y bendice los óleos para ungir a personas.
Este es un acto importante para el catolicismo, ya que con el aceite consagrado se unge la cabeza de los bautizados, en la frente a los que se confirman, los que se ordenan para el ministerio sacerdotal, se unge la cabeza de los candidatos al episcopado y también para consagrar altares y templos.
En su homilía, el arzobispo de Corrientes explicó que la unción “capacita para la acogida, para unir, crear lazos de comunión y amistas”; esto a la vez busca que no haya exclusiones.
“A nosotros, sacerdotes, ungidos para ungir, nuestro ministerio nos coloca muy cerca de Jesús, el ungido del Padre, para animar la vida, sostenerla y acompañarla, sobre todo allí donde se presenta más débil; la de aquellos que exige mucha paciencia; la de los pobres que están pasando privaciones o sufren por las consecuencias de la pandemia”, sostuvo monseñor Stanovnik.
En el mismo mensaje dirigido a los sacerdotes, les encomendó “cultivar diariamente” la amistad con el Señor por medio de la oración, de la escucha de su palabra y de la celebración de la eucaristía.
Así como lo hizo en celebraciones anteriores, habló de la unión y acompañamiento a personas que atraviesan situaciones vulnerables.
En esta oportunidad, dijo que el santo crisma y los óleos de los catecúmenos y enfermos son como abrazos de Dios. Estos “abrazos de Dios que nos capacitan para abrazar a otros, sin distinción ni exclusiones”.
Por otra parte, hoy a las 18, monseñor Larregain presidirá la eucaristía en el monasterio de las Hermanas Clarisas; y a las 20, Stanovnik lo hará en la catedral.
En este día, se celebra la última cena, el lavatorio de los pies, la institución de la eucaristía y del sacerdocio y la oración de Jesús en el huerto de Getsemaní.
Por la pandemia, se omitirá el lavatorio de los pies, que ya es facultativo. Al final de la misa en la cena del Señor, se omite también la procesión y el santísimo sacramento se reservará en el sagrario.
El Viernes Santo (único día en el que no se celebra misa), a las 15, será la celebración de la pasión en la catedral. Presidirá el arzobispo Stanovnik y también será concelebrada por monseñor Larregain.
El ya tradicional vía crucis de la ciudad, se rezará a las 19, en el templo de la iglesia Catedral, y la presidirá Larregain.
El Sábado Santo, monseñor Larregain estará a cargo de la vigilia pascual a las 20, en el monasterio de las Clarisas; y el arzobispo, en la santa misa de las 21, en la catedral.
El Domingo de Pascua, monseñor José Adolfo Larregain presidirá la misa de las 22, en la iglesia catedral.