Las mordeduras de serpientes venenosas afectan a muchas personas. Los antivenenos son el único tratamiento seguro, pero su fabricación requiere inyectar toxinas en caballos para que generen anticuerpos, un proceso que puede causarles lesiones.
Investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y el CONICET desarrollan nuevas estrategias para mejorar los antivenenos contra las mordeduras de serpientes. Su trabajo, desarrollado entre 2024 y este año, no solo busca hacerlos más efectivos, sino también proteger la salud de los caballos utilizados en su producción.
Para reducir estos efectos, el equipo de la UNNE y el CONICET aplica métodos innovadores. El uso de inhibidores bloquea la toxicidad del veneno, mientras que ciertos compuestos regulan su liberación en el organismo del caballo, mejoran la respuesta inmune y disminuyen el daño en la zona de inyección. Además, el Palmitato de Ascorbilo (ASC16) mostró buenos resultados para reducir la toxicidad del veneno y optimizar la producción de anticuerpos.
Los resultados aparecen en revistas científicas internacionales, y el equipo trabaja en conjunto con instituciones de Argentina, Brasil y España, además del Centro de Conservación de Fauna Silvestre de Corrientes (AGUARÁ).
Estos avances colocan a la UNNE y al CONICET en una posición destacada dentro del desarrollo de antivenenos más eficaces y seguros, con beneficios tanto para la salud pública como para el bienestar animal.
