Sin posibilidades de cumplir con los deberes en una pantalla, el niño llegó al colegio para pedir tareas en papel.
Un puñado de papeles al tranco de un montado le pusieron hoy dos grandes signos de interrogación a la paradoja de las conexiones inalámbricas como nueva puerta al aprendizaje. Al menos hoy en una zona rural de Corrientes.
Así lo demostró Briant Saucedo, que al eslabón que representaría un equipo tecnológico para unir su casa con la escuela lo dejó para discusiones ajenas y se montó a un caballo para llegar hasta el colegio Buena Vista, en la Tercera Sección rural de la localidad correntina de Goya.
El niño, de 12 años de edad y alumno del primer año, recorrió a caballo más de siete kilómetros para llegar desde el límite de San Isidro hasta la escuela porque se distribuía la "copa de leche".
Para esa tarea se reabren periódicamente los establecimientos y en este caso, la rectora de Buena Vista, Noemí Chambor, previó la participación de algunos docentes.
Las lecciones, desde que se decretó el cierre de los colegios por la pandemia de coronavirus, allí como en muchos otros se dan por grupos de WahtsApp, entre otras metodologías.
Pero Briant se acercó a la mesa de las profesoras para pedir tareas, sencillamente porque no tiene teléfono celular.
Llegó solo, con su barbijo color verde, la mochila para cargar los alimentos y anticipó que acudió sin su padre, porque se quedó a trabajar en la chacra.
"Hay estudiantes que están en la misma condición, la de no poseer celular o que se les rompió, entre otras circunstancias, por lo que les pido a los profesores que me imprimar actividades para entregar, por las dudas", dijo a ellitoral.com.ar la rectora, quien repasó que en 2016 se realizó la última entrega de equipos del programa Conectar Igualdad.
