“Llevo 33 años al servicio de la Virgen, de los cuales 15 son como custodio. Es un orgullo, un honor inmenso estar siempre cerca de ella”, describió Saturnino Medina, responsable del grupo de 20 hombres que conforman el cuerpo de custodios de la Virgen de Itatí.
“En medio de esta pandemia que nos está azotando, poder volver a salir con la imagen peregrina y trasladarla hasta San Luis del Palmar se vive con una inmensa alegría”, aseguró.
Para el grupo de custodios fue ayer una satisfacción poder “aportar y colaborar para que los miles de peregrinos de San Luis puedan recibir la visita de la Virgen en sus casas, en su lugar. Y así estar cerca de la Madre en otro año en que no pueden ir a visitarla a la Basílica”, sostuvo Medina.
Para Tunino, como lo conocen en su pueblo, ser responsable de coordinar los traslados, de mover a la Virgen en cada celebración, es una responsabilidad que todavía lo conmueve.
Otra de las tareas de Saturnino Medina es abrir y cerrar el camarín de la Virgen, en donde las camareras hacen cada año la vestición de la imagen original.
“Este grupo se creó de una manera particular”, recordó Medina. “En cada evento o celebración, teníamos que salir a buscar voluntarios en la comunidad, a reunir otros brazos que ayudaran a moverla. Entonces le propuse al rector de la Basílica -que entonces era el padre Hugo Camino- que se conformara un grupo estable. Y él estuvo de acuerdo”, relató el custodio Medina en diálogo con República de Corrientes.
“En este tiempo de pandemia por la covid-19, muchos fieles y peregrinos que tienen familiares o que ellos mismos están transitando la enfermedad, piden la oración de los custodios por la mejoría de esa gente que está enferma. Y debe ser un milagro, porque siempre salen a flote”, aseguró.
