Las fuertes precipitaciones que se dieron aguas arriba, en Brasil, están teniendo impacto en el caudal del Paraná, que atraviesa desde hace tres años una bajante extrema que trajo serias complicaciones. Por eso, y ante estas circunstancias naturales, el río en costas correntinas está recuperando rápidamente su nivel, aunque no garantizan que se trate de una eventualidad, volviendo a bajar en los próximos días.
De igual manera, este crecimiento no deja de ser una buena noticia, ya que ayer después de mucho tiempo la altura en Corrientes capital fue de 4,17 metros, una marca que no se alcanzaba desde hace más de un año por lo menos. Incluso los repuntes que hubo a comienzos de 2022 ubicaron al río en más de tres metros, pero nunca superando los cuatro.
Ahora se espera que en los próximos días el Paraná alcance un pico que podría llegar a ser de 5,50 metros, medida inédita desde 2019 hasta ahora. Desde el Instituto Nacional del Agua (INA) emitieron un informe y dieron las previsiones a corto plazo.
Señalaron al respecto que "la onda de crecida, que aún está en vías de definición, se propagará rápidamente por el tramo correntino-paraguayo del río. Sin embargo, sobre el tramo aguas abajo de Corrientes-Barranqueras encontrará un valle marcado por la persistente bajante que aún se observa". De esta manera, el panorama resulta alentador y no alarmante, ya que el agua que llega no generará problemas, al menos por ahora, debido al escaso caudal que se mantenía.
Impacto
En este sentido, explicaron que "se prevé que en su traslado la onda pierda energía, lo cual producirá la atenuación de los caudales máximos. En principio, se espera un pico en Corrientes próximo a 5,50 metros el 18 o 19 de octubre. Se alcanzarán niveles en todo el tramo argentino que se ubicarán en la franja de oscilación de aguas medias", sin llegar al nivel de alerta y mucho menos de evacuación, fijados en 6,50 y 7 metros respectivamente.
Perspectivas
El Iguazú tuvo hace pocos días un pico que incluso obligó a cerrar las Cataratas, pero el agua ya comenzó a descender. Pasó de los 68 metros a 43,59 en solo un día, por lo que la misma tendencia se verá en el Paraná, que recibe parte de ese caudal.
Por eso, luego de este pico de más de cinco metros, se espera que el Paraná descienda nuevamente, aunque seguramente no a los niveles mínimos que supo tener en estos años de bajante extrema. La incógnita ahora pasa por saber si en la costa correntina el río se estacionará finalmente en aguas medias o seguirá oscilando, algo que los especialistas aseguran que no está claro, al menos por ahora.
Más allá de esto, y aunque sea momentánea, esta crecida mejora las condiciones para la toma de agua y potabilización, la navegabilidad y sobre todo en materia de protección de peces, que justamente se encuentran en etapa desove. Desde Recursos Naturales de Corrientes señalaron al respecto que ya trabajan en un plan de protección de cardúmenes, aprovechando este alivio que dio el Paraná, alejándose de sus registros más bajos.
Precipitaciones
De acuerdo a las previsiones meteorológicas, las precipitaciones en esta región seguirán estando por debajo de los niveles habituales. Más allá de esto, desde el INA aclararon que el nivel del río Paraná depende mayormente de las lluvias que puedan darse en las zonas de influencia, aguas arriba, que son las que pueden terminar con definir la salida de la bajante extrema.
