Un equipo interdisciplinario realiza determinaciones analíticas sobre la calidad del agua en la provincia del Chaco. El trabajo está focalizado en la detección de Arsénico, cuya ingesta a lo largo del tiempo puede derivar en varias patologías, como el HACRE.
En gran parte del sector occidental de la provincia del Chaco el acceso al agua por red no alcanza al 25 por ciento de las viviendas, lo que implica un abastecimiento a través de cisternas, perforaciones y almacenamiento de agua de lluvia entre otras formas de acceso. La situación se hace más compleja si se considera que en esa porción geográfica del territorio chaqueño se presentan las concentraciones más elevadas de arsénico.
Estos datos son producto del trabajo científico “Hidroarsenicismo y disponibilidad de agua potable segura en la provincia del Chaco”, cuyo informe fue presentado en las XI Jornadas de Divulgación Científica y Tecnológica de la Facultad de Ingeniería de la UNNE por el ingeniero Sergio Roshdestwensky -quien estuvo a cargo de la presentación del informe.
Con respecto a la metodología utilizada, se tomaron unas 200 muestras de agua de fuentes y servicios en distintas localidades del Chaco. Los análisis se realizaron por Espectrometría de Absorción Atómica en el Laboratorio de Química de la UNNE, según metodología estandarizada (Standard Methods for The Examination of Water and Wastewater).
En lo referente a la determinación de Arsénico se comprobaron analíticamente otros parámetros que pueden promover o ser co-ayudantes a la acumulación de arsénico en el organismo. Estos parámetros son: Selenio, Boro, Flúor, Vanadio y Berilio.
El análisis de más de 200 muestras permitió establecer un valor promedio, máximo y mínimo de concentración de Arsénico (As) en el agua de distintas localidades del Chaco. El valor promedio es de 28,1 ug/l; el valor máximo es de 250 ug/l y el mínimo de 2 ug/l.
“Nuestro análisis de calidad de agua se referirá fundamentalmente al contenido de Arsénico en agua, ya que se trata de uno de los mayores problemas que se evidencian en el Región del NEA y actualmente están generando grandes inconvenientes a nuestra población”, señaló el ingeniero.
La información relevada será utilizada para el diseño de un mapa que evidencie los niveles de arsénico en toda la provincia, y los organismos pertinentes impulsen medidas para que la población tenga acceso a agua potable y segura.
El principal problema generado por el As viene dado cuando su concentración es elevada en aguas para riego y para consumo humano y de los animales que conforman la cadena alimentaria.
En la Argentina el principal problema de salud pública producido por la ingesta de dosis elevadas de As durante largos períodos de tiempo es el Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE).
El HACRE está asociado a varios efectos crónicos, entre ellos alteraciones de la piel tales como melanosis, queratosis y cáncer de piel. Entre otros efectos del arsénico sobre la salud humana también se ha descripto su relación con la aparición de cáncer de vejiga, riñón y pulmón; patologías vasculares de las extremidades inferiores, diabetes, hipertensión arterial y trastornos reproductivos.
El tiempo que tarda en manifestarse el HACRE es variable: la sensibilidad de los individuos está relacionada con el estado de salud de la persona, su situación nutricional, factores genéticos, insolación, ingesta diaria, la concentración de As en el agua de consumo, el tiempo de exposición y otros múltiples factores. Generalmente transcurren varios años hasta la aparición de los signos clínicos.
La OMS recomienda bajar a 0,01 mg/l la concentración para consumo, pero no se trata de un límite tolerable, sino sugerido. La FAO de las Naciones Unidas sugiere el límite de 0,05 mg/l. En Argentina, en el año 2007 se estableció, un plazo de 5 años para alcanzar el límite de 0,01 mg/l. La solución a este problema sanitario es asegurar a la población el acceso agua potable y segura.
En ese sentido el informe sugiere un esfuerzo para seguir mejorando en el Chaco el porcentaje de viviendas con acceso a agua segura de red pública. De acuerdo a los índices expuestos del 2001 al 2010 la provincia del Chaco pasó del 71,8% a 76,4% de viviendas con agua potable.
Los municipios que merecen profundizar todo tipo de programas, proyectos y acciones concretas para mejorar la situación son: General Pinedo, Napenay, Miraflores, Las Breñas, Pampa Del Infierno, Coronel Du Graty, General Capdevila, Avia Terai, Charata, Hermoso Campo, Chorotis y Santa Sylvina, en todos ellos el acceso al agua por red no alcanza el 25%.
El proyecto de investigación se complementa con otro de Extensión (Universidad en el Medio) en el que además de informar el trabajo realizado, se capacita a la población de las localidades más afectadas en el consumo de agua de calidad. Con respecto a esto se destaca un proyecto llevado a cabo por estudiantes que utilizando un material accesible y de bajo costo, como es una rejilla metálica diseñaron un “filtro casero”.
Los destinatarios son aquellas personas cuya única fuente de acceso al agua todavía son los pozos. De acuerdo a lo expresado por el ingeniero Roshdestwensky, acidificando el agua con limón y utilizando ese filtro diseñado, logran disminuir entre un 70 y 90 por ciento el As en agua.
El equipo de investigadores que lleva adelante este trabajo está conformado por el ingeniero José Basterra, el profesor Juan Jose Corace, la bioquímica Sonia Pilar, Jorge Forte, la ingeniera Agripina Leiva Azuaga, la ingeniera Hemilce García Solá y la ingeniera Roshdestwensky Kristel.
Los investigadores dejan planteada la necesidad de concretar la construcción de acueductos que garanticen el acceso al agua a nivel local, de tal forma que esa provisión sea: suficiente, saludable, aceptable, físicamente accesible y asequible.