Hace 20 días Loan Peña desapareció. El niño de 5 años de la localidad de 9 de julio en la Provincia de Corrientes desde esa siesta del 13 de junio, salió tristemente de su anonimato.
Su imagen inundó rápidamente las redes sociales y los canales de televisión que - desde ese tiempo - transmiten casi en cadena y en tiempo real las contingencias reales de la investigación, mezcladas con teorías de todo tipo, algunas sin fundamento.
La búsqueda de Loan se nacionalizó por el evidente interés de millones de argentinos. Algunos especulan que la cobertura mediática es una especie de telón que intenta tapar la realidad de la economía del ajuste, los problemas del gobierno nacional, los despidos y la recesión, entre otros temas que salieron un poco de la superficie.
Yo no quiero abonar esa posición que puede o no ser cierta. Prefiero pensar, sin temor a equivocarme, que hay millones de personas en este maravilloso país que siguen las alternativas con angustia, con interés y también con esperanza. Además, se registra un fenómeno de participación popular en las calles demandando justicia, el que sólo se da de tanto en tanto.
En Corrientes hay que remontarse al año ‘99 para ver decenas de movilizaciones en ciudades grandes, medianas y pueblos, en buena parte de la geografía provincial.
Es absolutamente trascendente el compromiso solidario de tantas y tantos argentinos con la suerte de un niño de una familia humilde de la patria. Rechaza en los hechos esas ideas temerarias que intentan sembrar una nueva cultura de Milei, sobre la posibilidad de montar mercados de ventas de personas y órganos.
También la movilización popular reclama por buena justicia, policía honesta, investigación seria, todos los medios tecnológicos que sean necesarios. Como se verá también aquí un Estado fuerte e inteligente al servicio de la verdad. Lejos del Estado mínimo del Presidente que en su corta gestión ya ha desmantelado programas y recursos humanos que trabajaban hace años para pelear contra la Trata de Personas.
Quiero señalar que esta es una lección del propio Loan que en su enorme fragilidad nos enseña. Señalo los comportamientos de la gente sencilla de nuestro pueblo, como contracara del penoso papel de quienes debían investigar y no lo hicieron o embarraron la cancha Lo peor la injerencia indebida, las argucias y el show del Gobernador Valdés y la Ministra Patricia Bullrich, que han desarrollado papeles lamentables en este caso
¡Sigamos exigiendo la aparición con vida de Loan! Que así sea
Dr. GABRIEL ALEJANDRO ROMERO
PRESIDENTE LIBRES DEL SUR CORRIENTES
