Los cinco referentes de la Iglesia correntina salieron a hacer un llamado a los diputados y senadores nacionales. Piden compromiso en defensa de la vida. Alertan que no es poco lo que está en juego.
La Iglesia de Corrientes salió a pedir a los legisladores nacionales un voto a favor de “las dos vidas”. Quieren un compromiso público de los diputados y senadores nacionales en contra del proyecto para despenalizar el aborto.
A través de una misiva firmada por monseñor Adolfo Canecín, obispo de Goya; Gustavo Montini, obispo de Santo Tomé; Andrés Stanovnik, arzobispo de Corrientes; monseñor José Larregain, obispo auxiliar de Corrientes; Domingo S. Castagna, arzobispo emérito; la Iglesia de Corrientes alerta sobre “el momento muy especial en que se encuentra nuestra patria”.
Por eso, “como obispos de la provincia de Corrientes queremos escribirles con la finalidad de estar cerca y alentarlo en el compromiso en favor de las dos vidas que ya ha puesto de manifiesto”.
“Con su voto en favor de la vida tiene la responsabilidad histórica de expresar no solo sus convicciones más profundas, sino también visibilizar en el contexto nacional la sabiduría del pueblo correntino expresada en su inmensa valoración en favor de la vida, desde su concepción hasta su muerte natural”.
El prelado ofrece a cambio, además de cercanía y gratitud, “nuestra oración por usted y por la patria”.
Alertan que “no es poco lo que tenemos entre manos: está en juego el derecho inviolable y universal a la vida que posee todo ser humano y, sobre todo, a la vida de una persona que por sí misma no se puede defender”.
“Mientras les deseamos bendiciones de Dios, fuente de la vida y de todo bien, los saludamos cordialmente”, concluye la carta.
Alerta
El pasado 22 de octubre, la Conferencia Episcopal Argentina, ante el inminente tratamiento legislativo de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ILE) inició una declaración con una minuciosa presentación del “inoportuno y dramático momento que viven los argentinos para llevar adelante esta discusión”.
“Durante largos meses la pandemia evidenció y agudizó los grandes y urgentes desafíos que tenemos como sociedad y develó la inhumana pobreza que abriga la vida misma de muchos hermanos nuestros”, sostuvo.
“Ciertamente estas realidades parecen no ser suficientemente evidentes y no despiertan la necesaria sensibilidad para volcarnos con convicción, solicitud y gestos de grandeza en el verdadero cuidado y defensa de toda vida”.
“El aborto no salva vidas. Lo que sí salva la vida, las dos vidas, en especial de las mujeres adolescentes y más vulnerables embarazadas, es el cuidado, contención, acompañamiento, cercanía, medios económicos, educación, prevención, presencia del Estado y de otras asociaciones civiles y religiosas enmarcadas en un concepto amplio y humano de salud pública”.
“Legalizar el aborto y dar por válidas las supuestas razones que se escuchan, profundizan y dificultan la necesaria amistad social. Legalizar el aborto en los términos que establece el protocolo ILE, sería la primera vez en nuestra Nación argentina en democracia que una ley contenga la muerte de una persona para salvar a otra, a excepción de lo establecido en el Código Penal argentino. Creemos que este no es el camino, sino la inclaudicable convicción de que, salvando las dos vidas, nos salvamos todos”.
“Es innegable el cansancio, el agotamiento, la tristeza y el desánimo en la población, como también el testimonio de muchos hombres y mujeres, profesionales y personal de la salud, e innumerables voluntarios que diariamente redoblan los esfuerzos para cuidar la vida amenazada por la pandemia”.
“Solo si la persona es un valor primario transitaremos con decisión y esperanza el camino hacia un encuentro de hermanos, tendiendo puentes y curando las heridas nacidas de las injusticias y desigualdades, reflejadas en los más débiles y excluidos. Ese es el espíritu del magisterio del papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti”.
“El próximo sábado 28 de noviembre se realizarán en todo el país distintas manifestaciones para expresar el valor y el respeto por la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural”.
“Como pastores los alentamos fervientemente a participar de dichas expresiones públicas en favor del derecho humano a la vida de toda persona, garantizado en la misma Constitución nacional.
Invitamos a los fieles de nuestras comunidades eclesiales a unirse a hermanos de otras confesiones religiosas, como así también a hombres y mujeres de buena voluntad para participar responsablemente conforme a las normas sanitarias establecidas en cada jurisdicción, promoviendo el debido distanciamiento social y el uso del barbijo; y velando además por el cuidado de las exigencias democráticas basadas en el respeto mutuo, evitando cualquier forma de violencia hacia otro hermano.