El retiro de la fuerza del suboficial Gustavo Olivello sirvió para comenzar a contabilizar candidatos para una derecha que no está estructurada todavía en la provincia, aunque algunos del PRO más rancio militan en el acuerdo con el radicalismo, que ha sabido ceder espacios a sectores que no siempre se han comportado con lealtad y que tampoco han podido demostrar cuál es el aporte real en votos que hicieron.
La crisis del radicalismo en el Chaco, que no puede reconquistar el gobierno provincial desde las gestiones de Angel Rozas y Roy Nikisch no dista mucho de tener semejanza con la que ocurre a nivel nacional. Ya no importa lo que digan las principales figuras del otrora uno de los dos partidos políticos más importantes, que tras la caída del gobierno de Fernando de la Rúa no pudo recuperar el protagonismo perdido.
Los principales medios de comunicación, también principales aliados de la coalición opositora, han comenzado a instalar esta semana, sin que ningún dirigente del radicalismo haya salido a negarlo, que tanto Gerardo Morales, como Martín Lousteau, no aspira más que a la vicepresidencia en una fórmula que ambos ven encabezándola al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Esto puede generar alguna rispidez dentro del macrismo puro, porque el ex presidente Mauricio Macri, considera que él debe volver por su segundo tiempo, y la presidenta nacional del PRO, Patricia Bullrich, está también convencida que es su turno.
Pero si hay algo en que puede incidir el radicalismo, es a quién acompañar. No encabezar. La diferencia entre el gobierno del macrismo de 2015 a 2019 en donde fueron furgón de cola es aparecer en la fórmula. Como si un vicepresidente de la coalición opositora, tendrá el poder que tiene la actual del Frente de Todos.
En el radicalismo chaqueño, la opción no es tan atractiva. Las figuras que se repiten desde el gobierno de Rozas en adelante no han tenido la capacidad para recuperar el gobierno. No ha servido tampoco la división entre Gustavo Martínez y Capitanich para llegar a la intendencia de Resistencia, con la figura que ahora el veterano líder de Convergencia cree que tiene que ser candidato en Resistencia. El inagotable Leandro Zdero.
Faltó decirle a Olivello en la despedida con alfombra roja que le dieron en la Policía del Chaco, “escucho ofertas”. No hace falta decir, que su convicción ideológica aparece como lánguida con una expresión “estoy analizando propuestas”, pero esa misma reflexión termina pintando con claridad a la política provincial.
Parece difícil que el suboficial retirado, que a la edad en que otros trabajadores -incluidos del sector público- están lejos de su jubilación, pueda terminar mojando en el peronismo. No es posible decir imposible. Porque nunca se sabe, pero es de imaginar que los sectores opositores, que ya tentaron y pusieron en sus filas a quién fue jefe de la fuerza y se negó a pasar a disponibilidad a policías acusados de delitos.
Puede ser esta una de esas ofertas. También la derecha más extrema seguramente va a tentarlo. Y a veces, eso seduce. Eso puede explicar que Acción Chaqueña haya gobernado. No tanto por quién fue su gobernador, Rolando Tauguinas, como por el referente de ese espacio político, José David Ruiz Palacios, ex gobernador de facto, que engendró después dirigentes como Elda Pértile o Aida Ayala. Y de paso, decir que ACHA terminó en algún momento aliado con el Frente para la Victoria.
Los nuevos líderes de la derecha rancia, Javier Milei o José Luis Espert, incluso los sectores más duros del macrismo, Bullrich y el propio Macri, son sectores que abonan la teoría del “curro de los derechos humanos”, casi una consonancia con aquellas ideas fuerza del accionchaqueñismo. De allí que puedan atraer a la figura de la “mano dura” que se acaba de retirar de la fuerza.
El mismo léxico acaba de desnudar en sus redes sociales el ex ministro de Capitanich y ex senador de intranscendente paso por la Cámara Alta, Eduardo Aguilar. Querellado por las denuncias que sobre la gestión de Gustavo Martínez viene dando cuenta en sus redes, el presunto candidato derechista, se inclina en llamarlo mercenario o payaso. No han razones para la querella, las supuestas irregularidades de la gestión el intendente para llevar adelante obras o contratar servicios denunciadas en Facebook no configuran ni los delitos de calumnia, ni de injurias, por encontrarse en medio el interés público. Pero eso no habilita el léxico del ex senador, so pena de recibir respuesta en los mismos términos.
Que en cierto modo, es esperable y que no habilitaría aunque eso se haga después que nadie se victimice cuando intencionalmente se lleva el debate a esos términos. Salvo por el pequeño detalle de hacia dónde se empuja el debate a partir de la degradación del debate político.
O tal vez sea la nueva política, y en ese maremágnum haya que resolver.