El Dr. Roberto Jabornisky, docente de la Universidad Nacional del Nordeste, junto a dos colegas de Estados Unidos y Uruguay, tuvieron a su cargo la nota editorial de la Revista de la American Medical Association, en la que expusieron sobre los desafíos en la implementación de nuevos criterios para la definición de sepsis pediátrica. Se trata de la revista médica de mayor circulación en el mundo.
Recientemente, en la revista JAMA, de la American Medical Association o Asociación Médica Estadounidense, se publicaron los nuevos paradigmas para la definición de la sepsis pediátrica, conocidos como criterios de Phoenix, fruto del trabajo y consenso de un grupo internacional de expertos.
Dicho trabajo permitió desarrollar y validar nuevos criterios clínicos para diagnosticar la sepsis pediátrica, que representa una de las principales causas de muerte en niños y niñas en todo el mundo.
Pero en paralelo a la publicación de los nuevos consensos, la Revista JAMA publicó una editorial con comentarios sobre la importancia y desafíos de los nuevos criterios.
Para ello, el equipo de editores de la revista convocó al Dr. Roberto Jabornisky, docente de la Facultad de Medicina de la UNNE y médico del Hospital Pediátrico Juan Pablo II de Corrientes, quien consideró propicio sumar además la opinión del Dr. Sebastián González-Dambrauskas, de la Universidad de la República de Uruguay, y del Dr. Nathan Kuppermann, de la University of California.
Relevancia
“Es un orgullo haber sido convocado para escribir una editorial en la revista médica de mayor circulación en el mundo, pero además para hacerlo en relación a una temática de tamaña significancia, como son los nuevos criterios fijados para el diagnóstico de la sepsis pediátrica”, resaltó el Dr. Roberto Jabornisky en diálogo con UNNE Medios.
Comentó que las apreciaciones vertidas junto a sus colegas buscaron en particular aportar una mirada social respecto a la implementación de los consensos, considerando asimismo que los criterios deben seguir validándose de forma prospectiva, en entornos con recursos diferentes y variados.
“Elogiamos al Grupo de Trabajo para la Definición de la Sepsis Pediátrica por su excelente trabajo, que marca un avance sustancial en el abordaje de la sepsis pediátrica. No obstante, reconociendo que la sepsis es un proceso complejo, el camino por recorrer sigue siendo largo” se expone en la editorial a cargo del Dr. Jabornisky en la Revista JAMA.
Se remarcan además las implicaciones mundiales de este cambio, y se considera importante reconocer los retos que se encontrarán en la adopción por parte de la comunidad pediátrica mundial, especialmente en entornos de bajos recursos.
Que es la Sepsis Pediátrica
La sepsis es una de las principales causas de muerte entre niños y niñas en todo el mundo. Los criterios pediátricos actuales para la sepsis se publicaron en 2005 basándose en la opinión de expertos.
En 2016, las Definiciones del Tercer Consenso Internacional para Sepsis y Choque Séptico (Sepsis-3) definieron la sepsis como una disfunción orgánica potencialmente mortal causada por una respuesta desregulada del huésped a la infección, pero excluyó a la población pediátrica.
Tras ello, la Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos (SCCM) convocó a un grupo de trabajo de 35 expertos pediátricos en cuidados críticos, medicina de emergencia, enfermedades infecciosas, pediatría general, enfermería, salud pública y neonatología de 6 continentes para actualizar criterios de la sepsis pediátrica.
Los consensos alcanzados por el grupo de expertos contaron con el apoyo de asociaciones de terapia intensiva de Estados Unidos y Europa, y de la comunidad internacional en general.
La sepsis es una de las principales causas pediátricas en el mundo
Nuevos desafíos
En la editorial de la revista JAMA; los doctores Jabornisky, González-Dambrauskas y Kuppermann, destacan que el alejamiento del paradigma del SIRS, ampliamente adoptado en las últimas dos décadas, supone un cambio importante, pero también un reto formidable, “ya que los cambios culturales en medicina son intrínsecamente arduos”.
En ese sentido, anticipan diálogos continuos entre clínicos e investigadores de todo el mundo para refinar aún más este marco conceptual actualizado.
“Esta importante labor plantea nuevos retos de aplicación, que exigen una investigación más exhaustiva para determinar si estas definiciones revisadas mejoran la atención a los pacientes” sostienen.
Perspectivas
En diálogo con UNNE Medios, el Dr. Jabornisky reiteró la satisfacción como profesional de la Facultad de Medicina de la UNNE y del Hospital Pediátrico de la ciudad de Corrientes, de haber sido convocado para comentar sobre un avance médico muy importante como son los criterios de Phoenix.
Opinó que en el mundo médico en general existen ciertos consensos sobre una enfermedad, y esos consensos se alcanzan a través de la construcción social de un diagnóstico, siendo el diagnóstico uno de los elementos más valorados en el ejercicio profesional.
“Pero muchos diagnósticos no son verdades absolutas, sino que están librados a la opinión de expertos, y algunos viven en lugares del mundo con todos los recursos y otros en sitios geográficos de menores recursos. Y ahí está el desafío de aplicación de los consensos” señaló.
“LA SEPSIS ES UN PROCESO COMPLEJO, EL CAMINO POR RECORRER SIGUE SIENDO LARGO”
Sobre ello, mencionó que en los criterios de Phoenix se aprecia bien el trabajo del grupo de expertise, pero son definiciones establecidas en gran manera sobre la base de estudios en hospitales de Estados Unidos, que no tienen la misma realidad que centros de salud de Sudamérica, África, Asia y otros lugares del mundo.
Al respecto, reiteró que el desafío es seguir trabajando con la mirada puesta en que los nuevos criterios “implican una construcción continúa”, que posibiliten su mejor implementación en la práctica médica en distintos entornos clínicos.
En ese sentido, expuso su compromiso desde su lugar en la Universidad Nacional del Nordeste de promover el proceso de transición hacia los criterios actualizados de sepsis pediátrica, para que puedan transformarse en una herramienta que contribuya a reducir la incidencia de la sepsis en la mortalidad infantil.