Invitada al cierre de las Jornadas de Becarias y Becarios de la Universidad Nacional de Córdoba, la Rectora de la UNNE y presidenta del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), profesora María Delfina Veiravé, destacó la capacidad de respuesta de la ciencia en el abordaje de la pandemia en el país, y sostuvo que dicha experiencia demostró que “tenemos un piso sólido para armar una Argentina productiva y con desarrollo social”. Expuso la necesidad de seguir acortando brechas en materia científica entre las regiones del país.
Las Jornadas de Becarias y Becarios de la Universidad Nacional de Córdoba se llevaron los días 28, 29 y 30 de septiembre de 2020 y como actividad de cierre se organizó la charla virtual “El lugar de las ciencias y la producción de conocimiento en la coyuntura actual”.
La charla estuvo coordinada por la Secretaria de Ciencia y Tecnología de la UNC, Dra. Carla Giacomelli, y participaron la Presidenta del CONICET, Dra. Ana Franchi; la Prof. María Delfina Veiravé, Presidenta del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y Rectora de la UNNE; el Dr. Javier Blanco, Docente e Investigador de la UNC; y el Dr. Gabriel Raya Tonetti, Secretario de Articulación Científica Tecnológica del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Córdoba.
Los expositores coincidieron en el desempeño de las universidades frente a la pandemia, en particular a través de haber puesto sus actividades de ciencia al servicio de las necesidades surgidas en la emergencia sanitaria, en articulación con los distintos estamentos de gobierno.
Al respecto, la profesora Veiravé señaló que como presidenta del CIN comprobó cómo las universidades distribuidas en todo el territorio nacional se involucraron en el abordaje de la lucha contra el Covid, reorientando esfuerzos y recursos en poder aportar conocimiento sobre el manejo de la pandemia.
Señaló que el escenario inesperado y crítico de la pandemia “mostró dos caras contradictorias de la misma realidad”.
Por un lado puso sobre la mesa las desigualdades y la profundidad de los problemas sociales en el país, como la brecha digital, la debilidad del sistema educativo para incluir a todos, la necesidad de reforzar el sistema sanitario, la informalidad del trabajo, la pobreza, las violencias y otros temas que se visibilizaron en la agenda pública con la pandemia.
Pero por otra parte, “la pandemia nos enfrentó a resolver nuevos desafíos y allí con sorpresa vimos a las universidades y organismos científicos actuar con una capacidad de respuesta y adaptación al nuevo escenario de una manera dinámica y con gran eficacia”.
Acotó que las actividades que las universidades y demás organismos científicos desarrollaron durante la emergencia sanitaria “estuvieron a la altura de las circunstancias de los problemas a los que nos enfrentó la pandemia”.
Repasó ejemplos de los distintos aportes realizados por las universidades y organismos científicos en el país, desde desarrollos tecnológicos orientados a la detección o tratamiento de la enfermedad, fabricación de respiradores, kits, estudios sociales sobre el impacto de la pandemia y aporte al desarrollo de propuestas educativas alternativas, entre otros, así como la participación de investigadores y especialistas de las universidades en los Comité de Crisis de cada lugar.
PERSPECTIVAS FUTURAS
Pensando en el futuro, la profesora Veiravé expresó que “estos son los ejemplos de las capacidades de adaptación y respuestas del sistema científico y de la potencialidad de nuestros equipos, pero también de un componente de responsabilidad social y de compromiso con el territorio, y las comunidades”.
Expresó que la experiencia observada en la pandemia, “nos muestra que tenemos un piso sólido para armar una Argentina productiva, con desarrollo social basado en el conocimiento y el desarrollo de nuevas tecnologías”.
Indicó que sobre ese tapiz evidenciado en el accionar de la ciencia y articulado con distintos sectores en la pandemia “debería basarse el país para los próximos desafíos de aportar al desarrollo nacional”.
Detalló que en América Latina el 72% de los investigadores realizan sus trabajos en universidades, y principalmente en universidades públicas. En Argentina ese indicador es del 60%, con 250 institutos de doble dependencia entre universidades y organismos científicos nacionales.
Expuso que el 80% de los artículos científicos del Conicet están firmados en conjunto con investigadores de universidades nacionales, y al respecto expresó que la articulación entre los actores del sistema científico es importante para fortalecer resultados futuros.
Opinó que en las últimas décadas se ha fortalecido mucho el sistema científico, con vinculación del sistema científico con el desarrollo tecnológico, y transferencia hacia los sectores públicos y privados.
Pero señaló que la situación crítica de la economía ha resentido el financiamiento de las actividades científicas, siendo que en el país el 85% de la ciencia se hace con fondos públicos.
Por ello, sostuvo que “deberíamos estimular y promover puentes con los sectores productivos, del trabajo, de las organizaciones y la economía social'', y consideró que los ministerios de ciencia y tecnología de las provincias son claves para avanzar en vinculación con las universidades y organismos científicos.
En cuanto al rol de los becarios de ciencia, dijo que tienen un constituyen un factor fundamental en el proceso de democratizar y socializar la ciencia y el impacto de la ciencia.
En esa línea, llamó a agudizar el trabajo en torno a la difusión del conocimiento, en una tarea conjunta con la comunicación institucional y la divulgación científica.
“Hoy disponemos de muchas posibilidades y oportunidades para que los jóvenes estudiantes y graduados de las universidades puedan formarse como investigadores” expresó.
Sin embargo, aclaró que esta demanda todavía se muestra sesgada hacia algunas áreas específicas del conocimiento frente a otras menos demandadas, porque pujan con los requerimientos del mercado laboral.
Asimismo, estimó que la distribución de los recursos humanos es un tema sobre el que hay que seguir pensando y trabajando para tener mayor federalización en las posibilidades de acceder y trabajar como investigador en diferentes regiones del país.
Sostuvo que, en ese aspecto, las universidades están haciendo un esfuerzo importante y valioso desarrollando programas propios de formación de investigadores asignando recursos para complementar el esfuerzo de los organismos nacionales.
Aunque indicó que todavía persisten inequidades en la distribución de los recursos humanos para la ciencia, lo que se relaciona a las inequidades generales existentes entre las distintas regiones del país.
MIRADA DEL CONICET
Por su parte, la presidenta del CONICET, Dra. Ana Franchi, destacó el interés de los jóvenes por incursionar en actividades científicas, y observó positivamente “tanta gente confiando que la ciencia y tecnología puede ser un camino para ellos”.
Detalló que este año hubo una demanda de becas del Conicet 20% mayor que el año pasado y 10%más de presentaciones de ingreso a la carrera de investigador del Conicet.
Se mostró conforme a la respuesta de los organismos de la ciencia ante la pandemia, tras varios años de desfinanciamiento de la ciencia en el país.
“La comunidad científica supo responder, corriéndose de sus temas específicos de investigación para poder afrontar la pandemia” indicó.
Manifestó que “rápidamente se lograron logros, cuando habitualmente en la ciencia los logros llevan años”.
“Estos meses de pandemia nos enseñaron la importancia de tener un sistema tecnológico sólido, y el reconocimiento de la sociedad a la comunidad científica. Esperemos que tras la pandemia la ciencia pueda seguir trabajando con el empuje demostrado en este tiempo”.
Aclaró que pese al foco puesto en la pandemia, “no es un año totalmente perdido para la ciencia”, pues se ha seguido trabajando en distintos temas además de la emergencia sanitaria.