La estudiante de la Facultad de Ingeniería de la UNNE, Sol Paula Russeau, buscará demostrar el impacto hidrológico de este tipo de cubiertas para atenuar la impermeabilización de suelos que crece en las ciudades. El proyecto le mereció acceder a una Beca de Estímulo a las Vocaciones Científica (EVC-CIN).
Las ciudades del NEA han experimentado desde fines del siglo pasado una mayor concentración poblacional como producto de la migración rural, lo cual provocó –entre otros problemas- una mayor impermeabilización del suelo e incorporación de espacios inundables, con situaciones de gran vulnerabilidad.
Como consecuencia de esa mayor impermeabilización del suelo, al no poder absorber el agua de lluvia, disminuye la depuración natural de la tierra, impidiendo la eliminación de los contaminantes, vertiendo directamente en el sistema municipal de alcantarillado pluvial. No menos importante es que la degradación de la calidad del agua es proporcional al incremento de las superficies impermeables.
Una de las herramientas ingenieriles que se ofrece para disminuir el escurrimiento superficial producto de las lluvias y evitar así inundaciones, es el uso de techos o cubiertas verdes.
La estudiante de Ingeniería de la UNNE, Sol Paula Russeau accedió a una Beca de Estímulo a las Vocaciones Científicas (EVC-CIN) proponiendo estudiar el “Impacto Hidrológico de cubiertas verdes en cuencas urbanas”.
Las cubiertas verdes son estudiadas como estrategia de diseño tecnológico- hidrológico, en estrecha relación con el medio ambiente que los circunda, con potencial de aplicación a escala regional. El uso de techos verdes se ha expandido en varias ciudades, con pocos casos en la región NEA, a pesar de sus múltiples beneficios ambientales.
El proyecto está bajo la dirección de los docentes-investigadores Carlos Alberto Depettris y Marcelo Justo Gómez, ambos de la Facultad de Ingeniería de la UNNE.
Los resultados de la investigación que lleve adelante Russeau, serán utilizados además como insumo de un Proyecto de Investigación denominado “Manejo integral y sustentable del agua pluvial urbana del NEA”. Se espera que surjan de aquí, conocimientos e interrelaciones de las variables que actúan en todos los procesos que hacen al escurrimiento de excesos pluviales urbanos. Esto permitirá entender los problemas que se presentan en áreas de mayor densidad poblacional con consecuencias en lo que hoy la planificación urbana identifica como riesgo hídrico.
Trabajo de campo. El plan de trabajo que Russeau lleva adelante consiste en relevar, procesar, depurar, calibrar y modelar datos e información hidrológica e hidráulica para analizar anegamientos e inundaciones en ambientes urbanos propios del NEA. En ese sentido tomará como áreas pilotos cuencas de ciudades de Resistencia y Corrientes, de manera de relevar datos para utilización de metodologías de modelación hidrológica que sean representativas de ambientes urbanos de la región.
Toda esa información recabada, le permitirá a la becaria analizar efectos por la incorporación de vegetación en techos para disminuir el impacto ambiental de superficies construidas en las urbes, atenuando la impermeabilización que crece en las ciudades y sus consecuencias hidrológicas.
Una de las pruebas que realizará Russeau es la de replicar el hietograma de una lluvia crítica en ciudades como Corrientes y el Área Metropolitana del Gran Resistencia (AMGR) para analizar los efectos sobre una cubierta verde.
El hietograma de diseño de la lluvia crítica, que permite describir la intensidad de la precipitación con respecto al tiempo en diagramas de barras, es un insumo de entrada al modelo, que caracteriza apropiadamente las condiciones impuestas por la climatología regional.
Otra información a analizar serán los valores característicos del hidrograma de escurrimiento generado a partir de la cubierta verde para diferentes pendientes y espesores de sustrato a utilizar.
El hidrograma, como gráfico que muestra la variación en el tiempo de alguna información hidrológica (nivel de agua, caudal, carga de sedimentos), constituye una herramienta fundamental para demostrar el efecto regulador y la capacidad de retención de los techos vegetados.
Finalmente la becaria medirá la calidad del agua superficial de los excesos pluviales, siguiendo su evolución en distintos eventos.
Además del análisis hidrológico propiamente dicho, forma parte de este trabajo el análisis de normativas ambientales vigentes, las que están referidas a la impermeabilización de suelo. No obstante, dichas normativas surgen de evaluaciones que no analizan la disminución que podrían significar que las superficies cubiertas se materialicen mediante sustratos más permeables y con capacidad de retención de los excesos pluviales (como los techos verdes).
De izq a dcha: ingenieros Marcelo Gómez; Alejandro Ruberto; becaria Sol Rousseau y el ingeniero Carlos Depettris, equipo que lleva adelante el estudio. (Foto Cynthia Jara)