Sin clases presenciales, la situación se volvió insostenible para algunos y hasta empezaron a poner en venta sus vehículos.
La situación de los transportistas escolares es alarmante desde marzo del año pasado, cuando solo se habían cumplido dos semanas de clases presenciales. Pero la situación no deja de agravarse, según señalan desde el sector, y la crisis sanitaria sigue generando dificultades, cada vez más difíciles de sobrellevar.
Tanto es así que, tras el paso a fase 3 de la capital y la vuelta de las clases virtuales, los trabajadores del sector comenzaron a analizar la posibilidad de migrar a otro rubro, e incluso algunos ya comenzaron a hacerlo.
Trabajadores del sector dialogaron con República de Corrientes sobre esta cuestión y coincidieron en que el éxodo ya comenzó. “Hay transportistas que ya decidieron no seguir, no hay forma de sostener la rentabilidad sin clases presenciales y se perdieron los pocos clientes que se habían conseguido en marzo y abril”.
De esta manera, hay dueños de colectivitos escolares que tomaron la determinación de no trabajar más este año, más allá de que puedan volver las clases presenciales. Es que, aun con los chicos yendo a la escuela, el sistema de burbujas hace que la demanda, además de escasa, sea dispar. “Hay semanas que tenemos tres o cuatro alumnos, y en la siguiente ninguno”, comentó Pedro Abas, uno de los trabajadores del sector al respecto.
Así, hay transportistas que planean volver recién el año que viene, esperando que la situación epidemiológica logre estabilizarse a partir del avance del plan de vacunación y los contagios puedan bajar, teniendo la posibilidad de que las clases presenciales no se vuelvan a suspender y se flexibilice el mecanismo de burbujas que se implementó desde el inicio de este ciclo lectivo.
Éxodo
Pero la situación y los apremios económicos no son iguales para todos. Sin otra actividad más que el transporte escolar, algunos decidieron ya abandonar la actividad de manera definitiva.
“Es una salida que se demora porque no es fácil de tomar, es cambiar completamente de forma de vida, pero hay circunstancias que son insostenibles”, señalaron.
Tanto es así que ya se empezaron a dar casos en que los transportistas pusieron en venta sus vehículos, los mismos que usaban habitualmente para trabajar, mientras que otros planean hacerlo en el corto plazo.
Si bien aclararon que por el momento se trata de una minoría, temen que la situación se agrave y termine siendo la única salida para las decenas de trabajadores del sector que hay en la ciudad.
Teniendo que afrontar impuestos y el mantenimiento de los móviles, la situación económica se volvió altamente preocupante y por eso buscan alternativas para no dejar la actividad, pero les resulta muy difícil, según señalaron. Además, preocupa aun más la falta de definiciones sobre lo que podría ser una normalización al menos parcial.
Además, vender los vehículos, una alternativa de emergencia, tampoco resulta sencillo por el alto costo que tienen y, con una actividad paralizada, se vuelve muy complejo encontrar compradores.