El arzobispo ofició ayer la misa central en el marco de los festejos por el patrono de San Luis del Palmar. Pidió “renovar el compromiso para convivir como hermanos con los que más sufren”.
Con todos los protocolos sanitarios y una transmisión virtual, el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, encabezó ayer la misa central por los festejos patronales de San Luis Rey de Francia, junto al pueblo peregrino de San Luis del Palmar.
“La vida de San Luisito, como lo llaman cariñosamente, es un ejemplo luminoso de hombre paciente, caritativo y misericordioso, para que sus peregrinos y devotos lo conozcamos, sobre todo, en el trato que tuvo con sus semejantes y por su vida piadosa y de una fe muy profunda”, expresó el máximo referente de la Iglesia correntina.
“Los invito a que demos una mirada a la vida de San Luis Rey de Francia, como lo nombra la Iglesia en la liturgia. Era hijo de reyes, contemporáneo de San Francisco y Santo Domingo, estamos hablando de hace más de ocho siglos”, recordó.
Tras un repaso histórico de sus raíces, Stanovnik se refirió al rey como “un ejemplo de hombre que ha recibido un poder y supo administrarlo para el bien de los demás y no para sí mismo. Con su vida nos enseña que la autoridad, cualquiera fuese su área de influencia, es para el servicio del bien de las personas, para su progreso espiritual y material, mirando en primer lugar a los más pobres y marginados del bien común”, remarcó.
“Recordemos que los bienes elementales para que las personas y las familias puedan vivir dignamente son la salud, la educación y el trabajo. El poder, si no está orientado a la consecución de esos bienes esenciales, se corrompe sirviéndose a sí mismo”, expresó el arzobispo.
En tanto, aseguró que “la formación cristiana que recibió nuestro santo y su disposición interior a dejarse modelar por la gracia de Dios, lo preservó de la desordenada ambición del poder que inevitablemente conduce a la corrupción”, sostuvo.
En otro párrafo de su homilía, en el cual destacó las virtudes del santo, manifestó que “aunque la gracia de amar es más importante que superar la pandemia, también le suplicamos a nuestro santo patrono que nos libre de ese mal, cuide a nuestros enfermos, consuele a los familiares de los que han fallecido y sostenga a todos los que se entregan a curar, aliviar y servir a los que padecen las consecuencias de esta pandemia, sobre todo al personal de salud y de servicio que trabaja en nuestros hospitales”, rogó.
Al final, ante los fieles que se congregaron al aire libre bajo la llovizna en la plaza frente a la parroquia, Stanovnik apeló al ejemplo de vida como mandatario de San Luisito.
“En vísperas de las elecciones, nos dirigimos a San Luis Rey y le pedimos que el acto eleccionario sea un momento para renovar nuestro compromiso de hacer todo lo que esté de nuestra parte para convivir como hermanos, ser más pacientes, caritativos y misericordiosos con todos, especialmente con aquellos que más nos cuesta. Dispongamos nuestro corazón a la gracia del perdón y abramos nuestras manos para ocuparlas en acciones que miren el bien de todos, especialmente de los que más sufren”, apuntó.
“Gracias, San Luisito, por tu presencia paternal, cercana y fiel entre nosotros. Hoy, una vez más, recurrimos confiados a vos y estamos seguros de que escucharás nuestros ruegos, como lo has hecho siempre”, concluyó el arzobispo.