El obispo diocesano, monseñor Adolfo Canecin, acompañó este Viernes Santo el tradicional Vía Crucis que se realizó por las calles de la ciudad de Goya. Las meditaciones tuvieron como eje el llamado del Papa Francisco para que haya Paz entre Rusia y Ucrania y, el camino SInodal.
A lo largo de las 14 estaciones, se hizo visible el drama de las guerras y el urgente pedido a restablecer la paz y, se destacó la especial participación de los jóvenes de las diferentes comunidades que realizaron representaciones estáticas de los “crucificados de hoy” en relación a diversas situaciones de dolor que afectan a la humanidad, sobre todo en el tiempo de la pandemia. Así, participaron servidores públicos, como el personal de la salud, bomberos voluntarios y policías.
La tradicional manifestación de fe se inició a las 6 de la mañana en la capilla de San Cayetano y luego de recorrer 32 cuadras por las calles de la ciudad finalizo en la capilla Sagrada Familia del bario 9 de Julio.
Monseñor Canecin exhorto a los “caminantes” a detenerse a “mirar la Cruz” y que cada uno repita “hasta el cansancio, como una letanía: ´Me amo y por mi murió´ ¿Quién soy yo para que el Hijo de Dios haya padecido y muerto por mi?”.
“El precio de cada uno de nosotros y de cada ser humano desde el primer momento de la concepción hasta el momento de la muerte natural, el precio es la sangre de Jesús. El precio de cada ucraniano, de cada ruso y de cada ser humano es la sangre de Jesús”, expreso.
Animo a “valorar la iniciativa” donde “brota la correspondencia que es amar como Jesús y cuando esa correspondencia madura, pasamos la vida hasta entregarla como Jesús amando a los hermanos”.