Se trata de un osito melero o tamanduá, el mismo se encontraba arriba de un árbol (cañafístula o ibirá pitá) dentro de la zona urbana de la ciudad de Santo Tomé. Gracias a la ayuda de Diego Fernández y Nery Duarte, quienes son personal de Obras y Servicios Públicos y pertenecen al sector de alumbrado público, y la colaboración de Ricardo Palacios, encargado de la reserva, utilizando la grúa que habitualmente realiza trabajos de reparación e instalación del alumbrado, se lo pudo capturar sano y salvo para poder liberarlo en su hábitat natural dentro de la reserva natural municipal Tají Poty.