Cuando se creó el Líbano como Estado tras la Primera Guerra Mundial y cuando se desmanteló el Imperio Otomano, los musulmanes habrían aceptado que el país formara parte de una Gran Siria que incluía Palestina y Transjordania. Desde las primeras conversaciones, el patriarca maronita de la época, encargado de negociar en nombre de todos los libaneses, pidió la independencia del país y la creación del Gran Líbano . Este país, que se diferencia de todos los demás de la región por ser la única nación árabe sin religión de Estado -a diferencia de las demás, que comparten el Islam-, con un presidente cristiano maronita a la cabeza y una democracia, está ahora en peligro. El actual Patriarca maronita, Patriarca de Antioquía y todo el Oriente, Su Beatitud Bechara Boutros Raï, analiza para ABC esta hora crucial.-Siempre que está al borde del colapso, el Líbano encuentra los recursos para recuperarse. Sin embargo, hoy existe un riesgo real de que el Líbano tal y como lo conocemos desaparezca. El sistema político, modelo de pluralismo, está en punto muerto [el presidente debe ser un cristiano maronita, el primer ministro un musulmán suní y el presidente del Parlamento un musulmán chií para respetar la repartición de poderes entre las distintas comunidades]. ¿Cómo romper el bloqueo ?-Debe haber un alto el fuego entre Hizbolá e Israel, y deben iniciarse negociaciones diplomáticas para encontrar una solución. Pero, sobre todo, debemos elegir a un presidente de la República. Hemos entrado en el tercer año de vacío presidencial. Este es el punto débil del país. Nabih Berry, el presidente del Parlamento, no convoca una sesión con el pretexto de que los cristianos no se han puesto de acuerdo para proponer el nombre de un candidato. Pero si se convoca a los diputados, habrá un presidente.Noticia Relacionada estandar Si ¿Por qué las guerras de Israel pueden salvar al sirio Bashar al Assad? Francisco de Andrés-El presidente de la República debe ser un cristiano maronita. La división entre los partidos cristianos es un problema. Para llevar a cabo las reformas vitales para el Líbano, es necesario que haya un presidente, y también para negociar cuando termine la guerra. Dada la importancia del patriarcado maronita, ¿no puede usted hacer entrar en razón a estos dirigentes cristianos, dada la gravedad y la urgencia de la situación?-El hecho de que los cristianos estén divididos no tiene nada que ver con la Presidencia de la República. Su culpa, en cambio, en mi opinión, es que no dicen nada, no reaccionan. No piden que se elija al presidente. Pero ¡es un cargo maronita! Los políticos, sobre todo los maronitas, deben pedir un presidente. Soy el único que lo hace, todos los domingos. En cuanto a si puedo unir a estos líderes cristianos: no. Lo he intentado varias veces, pero se han negado porque el grado de enemistad entre ellos es muy grande. El país está en proceso de autodestrucción. Es responsabilidad de todos los políticos, pero sobre todo de los cristianos, y de los maronitas en particular, impedirlo.-Sí, porque hoy el Líbano, tal como lo conocemos desde su creación, está en peligro, ¿no es así?-Está en peligro porque Hizbolá inició una guerra que ni el pueblo ni el gobierno querían. Esta es su gran culpa. Israel fue a la guerra porque tenía que hacerlo. Hizbolá debería haber sido más cuidadoso, más humilde. Al luchar por Gaza, llevó a Israel a la guerra contra el Líbano. Israel es el ganador porque no quiere un Líbano próspero. Hizbolá dio a Israel la oportunidad de librar esta guerra destructiva. Fíjense en los miles de muertos, el millón y medio de refugiados y el enorme número de heridos. Hizbolá tiene que pensar: ¿Qué he hecho? ¿Por qué continuar? No es el momento de ver quién es el ganador y quién el perdedor. Los combates deben terminar. Pero los dos rechazan el alto el fuego. Es autodestrucción, ¡y el gran perdedor es el Líbano! Lo estamos perdiendo todo: la economía, nuestra gente, nuestros jóvenes, nuestros hogares. Necesitamos un acto de conciencia por parte de Hizbolá y que acepte el alto el fuego para evitar que ocurra lo peor.-Una parte de la población libanesa considera que esta guerra no le concierne. La otra está afectada por la muerte de Hasán Nasralá y preocupada por el debilitamiento de Hizbolá. ¿Cómo conciliar estas dos partes?-Hizbolá debe reconocer al Estado libanés, al ejército libanés y a las instituciones del país. Una vez que haga esto, no habrá más problemas. Pero Hasán Nasralá, el secretario general de Hizbolá asesinado en septiembre , dijo una vez que «nuestro líder, nuestro jefe, nuestro maestro es Jamenei [el Guía Supremo iraní]». Esto fue en tiempos del presidente Michel Aoun, a pesar de ser aliado de Hizbolá. Y Aoun no reaccionó. Le critiqué por ello: «¿Cómo puedes aceptar que un libanés pueda decir \'nuestro líder, nuestro jefe, nuestro guía... es Jamenei\'? Hizbolá es Irán luchando a través de los libaneses. ¡Pero vosotros sois libaneses! Entonces, ¿por qué sois instrumentos de autodestrucción en nombre de Irán? Si Irán quiere luchar contra Israel, ¡que lo haga él mismo! ¡Y no a través de jóvenes libaneses!-Muchos afirmaron que Hizbolá se había \'libanizado\'. ¿Debemos concluir que este cambio era sólo una apariencia y que nada ha cambiado en su ideología, aunque sus diputados se sienten en el Parlamento?-Ese es el problema: están en el Parlamento, están en el Gobierno y su lealtad no es hacia el Líbano. Esto es inaceptable. Están creando un Estado propio y forman parte del Estado libanés: ¡es imposible! Después de esta guerra destructiva, deben hacer un acto de conciencia (no pido que sea de contrición) y reconocer su responsabilidad.-¿Cree que son capaces de eso?-Hasta ahora no lo han hecho.El cardenal Bechara Boutros Raï durante la entrevista Nathalie Duplan-La crisis del Covid, la crisis económica sin precedentes, el saqueo de los depositantes, la explosión del puerto y ahora la guerra entre Israel e Hizbolá: el pueblo libanés está cansado y, a pesar de su coraje, parece no poder más. Sobre todo los jóvenes se marchan para labrarse un futuro en otra parte. ¿Cómo frenar esta hemorragia y recuperar a los jóvenes sin los cuales el Líbano no es nada?-Trabajamos para levantar la moral, pero eso no basta. Tenemos que darles trabajo. Ese es el gran problema. En cualquier caso, vivimos de milagros. Hay un milagro, estoy seguro. Pero necesitamos uno aún mayor.-Esta guerra ha arrojado a las carreteras a más de un millón de desplazados, principalmente chiíes, pero también cristianos. Los cheikhs musulmanes han agradecido la acogida de los cristianos a una comunidad a la que podrían considerar responsable del conflicto. Al mismo tiempo, se han producido incidentes porque, a veces, ha habido hombres armados entre los desplazados. Si esta situación continúa, ¿no se corre el riesgo de importar el conflicto a zonas que hasta ahora se han salvado?-Eso es seguro. Pero las comunidades cristianas acogen a los desplazados y los apoyan para que comprendan que somos una familia. Ven cómo actúan los cristianos con ellos y eso tendrá un buen resultado. Una cosa es la comunidad chií y otra Hizbolá. Hizbolá era el Estado dentro del Estado. Ahora tiene que humillarse y reflexionar. No espero eso de Israel: Israel es el enemigo del país (no hay paz entre Líbano e Israel, hay tregua desde 1945), pero sí lo espero de Hizbolá porque es libanés. Los libaneses no van a condenar a Hizbolá, no es el momento, pero Hizbolá debe darse cuenta de que es responsable de la destrucción del país.-¿Por eso pide que Líbano sea neutral?-Es la única solución. La neutralidad no es algo nuevo. El Líbano ha gozado de neutralidad desde su fundación. En su constitución como país de muchas culturas y religiones, como país abierto a todos los países, como lugar de encuentro y diálogo, con su sistema político que reparte los cargos entre las diferentes comunidades, etcétera, el Líbano es neutral. Todas las declaraciones ministeriales relativas a la política exterior, desde 1943 hasta nuestros días, utilizan los términos \'neutralidad\' o \'distanciamiento\'.-Esto es lo que el Líbano dice de sí mismo. Pero para que esta neutralidad sea efectiva y la proteja, la comunidad internacional debe reconocerla. ¿Cómo hacerlo si una parte de su población se niega a ello?-Hizbolá rechazó esta neutralidad porque implica respetar la soberanía del Líbano y la de los demás. En términos prácticos, esto significa que sólo debe haber un ejército, no dos. Además, la neutralidad significa que el país decide. Sin embargo, fue Hasán Nasralá quien decidió la guerra. Después de lo que estamos viviendo, Hizbolá debe reconocer que el único camino para el país es la neutralidad. Lo dicho en las declaraciones ministeriales debe ser afirmado oficialmente por la comunidad internacional y reconocido por las autoridades libanesas.-Hace un año, en una visita al sur, usted habló de «genocidio contra los palestinos». ¿Cree que los israelíes pretenden eliminar sistemáticamente a este pueblo?-A juzgar por su forma de actuar, sí: matan a jóvenes y viejos, niños y mujeres.-Dicen que es porque hay armas o combatientes escondidos.-Tienen que decir algo.-Usted felicitó a Donald Trump por su elección, que «esperamos traiga buenas noticias para el Líbano y la región», expresando su deseo de que el nuevo presidente estadounidense «logre, por la vía diplomática, un alto el fuego permanente entre Israel e Hizbolá». ¿Qué espera concretamente de EE.UU. y Europa?-En primer lugar, quiero dejar claro que he utilizado las palabras que Trump empleó en la carta que envió a los libaneses-estadounidenses. Espero que América aplique aquello a lo que se ha comprometido el señor Trump y espero que sea capaz de hacer algo. En cuanto a Europa, siempre ha pedido un presidente de la República y todo el mundo pide un alto el fuego. Y no olvidemos a Francia, que está convocando reuniones en apoyo del Líbano. También quiero decir que estamos agradecidos a todos los países que acuden en ayuda del Líbano. Mientras tanto, el Líbano se duerme. Los países extranjeros ruegan al Líbano que elija un presidente, y el Líbano no hace nada. Estamos avergonzados ante la comunidad internacional.-Uno tiene la impresión de que algunos países, aunque ciertamente no sin segundas intenciones, se preocupan más por el Líbano que los propios libaneses...-Sí, ése es el problema. Por desgracia, los libaneses se interesan por sus asuntos privados, en los que destacan. Cuando se trata de asuntos públicos, del interés general, se apoyan en otros. Esperan que otros hagan lo que ellos mismos no hacen.