Detectaron 13 casos positivos que infectaron luego a otras 46 personas que viajaron desde Oriente Medio hacia Irlanda durante el verano.
Un estudio publicado por la revista médica Eurosurveillance realizado entre los pasajeros de un avión que voló desde Oriente Medio hacia Irlanda durante el verano boreal comprobó que este viaje fue el responsable de un brote de coronavirus que afectó a 59 personas. Entre los pasajeros hubo 13 casos positivos.
La investigación realizada en Irlanda sobre la propagación del covid-19 en un avión que llevó 49 pasajeros provenientes de tres continentes y 12 miembros de la tripulación demostró que 48 horas después de llegar, dos viajantes manifestaron los primeros síntomas de la enfermedad y sus testeos dieron positivo.
Se inició el rastreo de las personas que habían estado en el vuelo y así se comprobó que 13 de ellas estaban contagiadas, que los días siguientes infectaron a otras 46.
Los pasajeros fueron divididos en cuatro grupos en función de los espacios que compartieron antes del vuelo. Entre los 13 contagiados, nueve usaban mascarilla, un niño no la tenía y se desconoce si lo hacían los tres restantes. Los rango de edad iba hasta los 65, con un promedio de 23 años.
Los investigadores creen que que los contagios podrían haberse producido antes de iniciar el viaje, aunque también podrían darse dentro del avión para al menos dos de los grupos.
"Este brote demuestra el potencial de difusión del SARS-CoV-2 vinculado al tráfico aéreo", detalló el estudio encabezado por la doctora Nicola Murphy, que agregó que el tráfico aéreo "ha acelerado" la pandemia "contribuyendo a la propagación" de la enfermedad.
Del total de contagiados, cuatro fueron hospitalizados y uno de ellos debió ser ingresado en cuidados intensivos. Con la detección de nuevos positivos se ampliaron los testeos y se comprobó que otros 15 tampoco estaban infectados.
11 viajeros no pudieron ser contactados y uno rechazó hacerse el testeo. La tripulación cumplió una cuarentena de dos semanas.
"Las estrictas medidas de prevención y control de las infecciones a bordo son vitales para reducir el riesgo de transmisión sintomática y asintomática", concluyó el estudio mientras que "la restricción de movimiento a la llegada" así como el rastreo de contactos es "esencial para limitar la propagación después del vuelo".
La investigación destacó que la distancia y el contacto restringido entre la tripulación y los pasajeros, así como el uso de mascarillas pueden contribuir a la prevención de los contagios dentro de los aviones.