Algo insólito ha sucedido en los últimos cuatro años en Estados Unidos : el número de ciudadanos que expresan preocupación por un posible fraude electoral ha aumentado drásticamente. El fenómeno responde a una serie de denuncias infundadas y teorías falsas, que culminaron en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 y continúan generando desconfianza en el sistema electoral. En un contexto de profunda polarización, Donald Trump ha seguido impulsando estas teorías mientras se prepara para enfrentarse a Kamala Harris en las urnas, con la posibilidad de que el país reviva el trauma de una disputa violenta por el resultado electoral.No se trata únicamente del mal perder de un candidato, como fue el caso de Trump en 2020 . Las agencias de Inteligencia estadounidenses informaron recientemente que Rusia difundió de forma subrepticia un vídeo manipulado que pretende mostrar a personas votando múltiples veces en Georgia, un intento de sembrar divisiones y minar la confianza de la ciudadanía en el proceso electoral.Este año, ante la división política y los cuestionamientos sobre la integridad electoral, las instituciones estadounidenses cuentan con una garantía que hasta ahora había sido poco común, más propia de democracias en proceso de consolidación o en riesgo de derrumbe: una misión de observación electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Esta herramienta ha sido decisiva en casos como el de Evo Morales en Bolivia en 2019, donde contribuyó a revertir un intento de permanencia en el poder, o en disputas infundadas como la de Keiko Fujimori en Perú en 2021.Noticia Relacionada EL CLUB DE LA COMEDIA ELECTORAL estandar Si A todas horas: la política como \'reality show\' Pedro Rodríguez Donald Trump ha transformado la política de Estados Unidos en un \'reality show\'. Su nueva \'reality politics\' se basa en formatos y contenidos, entre lo banal y lo soez, increíblemente popularesObservación de la OEAHay 41 observadores de la OEA desplegados en 12 estados, entre ellos algunos de los más disputados y susceptibles de demandas, como Georgia, Wisconsin, Michigan o Nevada. En total, han aceptado cooperar el gobierno federal y 35 estados. Otros, como Arizona o Pensilvania, donde ya hay grupos que denuncian fraude de forma preventiva, no han aceptado la misión.La misión, que coordina en persona el secretario general de la OEA, Luis Almagro, ya está supervisando el voto por adelantado, el voto por correo, las facilidades para votar y el funcionamiento de la tecnología empleada para ejercer ese derecho.El secretario general de la OEA, Luis Almagro EFESegún dice a ABC el propio Almagro, «solicitar una misión demuestra la apertura del país a la comunidad internacional y a las recomendaciones técnicas que estas misiones realizan, así como su compromiso con los valores democráticos que defiende la OEA». «Las misiones electorales son una de las herramientas clave que tiene la OEA para fortalecer la democracia en las Américas», añade.Tras las elecciones de 2020, se presentaron más de 60 denuncias por supuesto fraude electoral, principalmente por parte del entonces presidente Trump y sus aliados. Sin embargo, la gran mayoría de estos casos fueron desestimados por los tribunales debido a la falta de pruebas sustanciales que respaldaran las acusaciones de fraude generalizado. Incluso auditorías y recuentos adicionales, como la realizada en Arizona, confirmaron la validez de los resultados electorales y no encontraron evidencia de irregularidades significativas.La OEA ya observó las elecciones de 2016 y 2020 en EE.UU., pero su misión cobra ahora más relevancia por estas denuncias falsas. Algunos estados han hecho reformas para facilitar el voto, como Nevada, que ha enviado papeletas a todos los registrados, o Michigan, que por primera vez permite votar por adelantado en persona. En 2022, el Capitolio aprobó otra reforma para impedir que el colegio electoral revierta el resultado de la votación.Desconfianza electoralEl 6 de enero de 2021, tras el asalto al Capitolio, el secretario general de la OEA, Almagro, se pronunció exhortando a «recuperar la necesaria racionalidad y a cerrar el proceso electoral conforme a la Constitución y a los procedimientos institucionales correspondientes». Su llamado buscaba restaurar la confianza en los procesos democráticos y evitar que la crisis política escalara aún más.Una reciente encuesta de NPR/PBS News/Marist muestra que la mayoría de los estadounidenses teme que las elecciones generales de este año estén marcadas por fraude, un hallazgo alarmante para miles de funcionarios electorales encargados de administrar el voto. Casi seis de cada diez estadounidenses están preocupados o muy preocupados por la posibilidad de fraude, cifra impulsada en gran medida por la insistencia continua de Trump en que no se puede confiar en las elecciones. El 88% de los votantes que apoyan al expresidente dice estar preocupado por el fraude, en comparación con el 29% de los que respaldan a la candidata demócrata, Kamala Harris.