Donald Trump y las grandes tecnológicas han tenido una relación tumultuosa desde que el multimillonario neoyorquino anunció en 2015 su primera candidatura a la Presidencia de EE.UU. Ahora, con la segunda presidencia en el bolsillo, con un mandato claro de las urnas y con las dos cámaras del Congreso en manos de los republicanos, las compañías tienen claro que lo necesitan como aliado. Para engrasar esa relación, han aflojado la cartera con donaciones millonarias y hacen cola para besarle el anillo.Esta semana, se ha conocido que tres de las grandes tecnológicas mundiales han donado un millón de dólares cada una a los fastos de la investidura de Trump del próximo 20 de enero en Washington. Primero se conoció que Meta -la empresa matriz de Facebook, liderada por Mark Zuckerberg - donó esa cantidad. Este jueves, Jeff Bezos , a través de su gigante del comercio electrónico Amazon, igualó y aumentó la cantidad: otro millón de dólares y, de regalo en especie, la retransmisión de la investidura a través de Prime, el servicio de \'streaming\' de la plataforma. Este viernes se sumó al carro Sam Altman, el consejero delegado de OpenAI, la empresa de inteligencia artificial, con el mismo cheque.Estas donaciones no son extraordinarias. En un sistema político donde las campañas se financian con dinero privado ilimitado -16.000 millones de dólares en el último ciclo electoral, el más caro de la historia-, las donaciones para las investiduras son el chocolate del loro. Sobre todo para gigantes empresariales como Meta o Amazon, con beneficios de decenas de miles de millones de dólares. Pero marcan una diferencia con 2016, cuando Amazon dedicó solo 58.000 dólares -en especie- a la primera investidura de Trump y no se recuerda que Facebook donara nada (OpenAI ni siquiera existía). Y la rapidez con la que se han apuntado a los fastos trumpistas dejan clara una voluntad de estar a buenas con el próximo presidente. Las grandes tecnológicas han sido uno de los enemigos declarados del multimillonario neoyorquino y del trumpismo, acusadas de armar monopolios, de controlar la opinión pública, de combatir posiciones conservadoras, de promover la ideología \'woke\'...Noticia Relacionada estandar Si De \'Time\' a las encuestas: Trump disfruta de su luna de miel con EE.UU. Javier Ansorena | Corresponsal en Nueva YorkEl acercamiento no solo es con la chequera ni es repentino. Los altos ejecutivos de las compañías están peregrinando a Mar-a-Lago, la mansión de Trump en la costa de Florida, para congraciarse con el presidente-electo y tratar de amoldar sus políticas a sus intereses. Zuckerberg ha tenido líos innumerables con Trump -Facebook suspendió su cuenta tras el asalto del Capitolio en 2021, el multimillonario neoyorquino ha calificado a la red social de «enemigo del pueblo»-, pero ha mejorado su relación en la última campaña. Sobre todo tras el intento de asesinato que sufrió Trump el pasado julio, del que se salvó de milagro y que le convirtió en favorito indiscutible para la victoria. Zuckerberg le calificó entonces de \'badass\' (en España, diríamos \'crack\'). Y el mes pasado, voló a Florida a rendir pleitesía.Las grandes tecnológicas han sido uno de los enemigos declarados del multimillonario neoyorquino y del trumpismoEso mismo ha hecho esta semana Sundar Pichai , el consejero delegado de Google, que ya regaló la oreja del entonces candidato por su parada para foto en un McDonald\'s: le dijo que era uno de los vídeos más vistos de la historia en su plataforma (nada le puede agradar más a Trump). Y se espera que Bezos peregrine hasta allí la semana que viene. El creador de Amazon también se ha prodigado en esfuerzos para reconducir su relación con Trump, que le denegó un contrato gubernamental de 10.000 millones de dólares en su primera presidencia. Bezos impuso que \'The Washington Post, uno de los principales periódicos del país y que es de su propiedad desde 2013, eliminara en esta campaña su tradicional decisión de respaldo a uno de los candidatos (es evidente que no iba a ser para Trump). Y, tras la cita con las urnas, felicitó a Trump por su «extraordinaria vuelta» al poder.Otro CEO de grandes tecnológicas que trata de recomponer su relación con Trump es Marc Benioff , que dirige el gigante del software Salesforce y es dueño de \'Time\', la revista que acaba de nombrar a Trump \'Persona del año\' (esto era esperado, lo ganan todos los presidentes-electos). «Es un momento de gran esperanza para nuestra nación», ha dicho ahora Benioff sobre el segundo mandato de Trump.Todos ellos están lejos de Tim Cook, de Apple, que siempre supo cortejar a Trump para esquivar al máximo sus aranceles. Y, sobre todo, de Elon Musk, que ha abrazado el trumpismo con la fe del converso y con el músculo financiero propio del hombre más rico del mundo: se gastó 277 millones de dólares -de lejos, más que nadie en EE.UU.- en la campaña de Trump. Él tendrá un lugar privilegiado en la investidura y en la nueva Administración. El resto tratarán de sobrevivir.