Falta un mundo para el día de las elecciones de EE.UU. En los dos meses que quedan para la cita con las urnas del 5 de noviembre, van a pasar muchas cosas: el debate del martes que viene entre Donald Trump y Kamala Harris, otro debate entres sus candidatos a vicepresidente y las llamadas \'sorpresas\'\'-el vídeo de Trump en el que alardeaba de tocamientos sexuales en 2016, la carta del FBI sobre Hillary Clinton ese mismo año, el covid del expresidente en 2020- de septiembre y octubre.Falta un mundo para el 5 de noviembre, pero la elección ya ha empezado. Este viernes, algunos ciudadanos de Carolina del Norte pudieron empezar a votar. Es el primer día en el que el estado empieza a mandar las papeletas para el voto por correo. Técnicamente, cualquiera de los solicitantes podía rellenar sus papeletas y enviarlas. El viernes, esto estaba pendiente de una resolución judicial por una demanda de Robert F. Kennedy Jr., que se ha aliado con Trump y que busca que le saquen de las papeletas para no perjudicar al candidato republicano. Pero ya había casi tres millones de papeletas listas para ser enviadas.Para cuando Trump y Harris se embarquen en una gira extenuante por los estados decisivos de la elección, en los diez o quince días previos al 5 de noviembre, quizá la mayoría de los estadounidenses habrán votado ya.Noticia Relacionada estandar Si Trump dice que pondrá a Musk al frente de una comisión de control de gasto público Javier Ansorena | corresponsal en nueva yorkEl voto anticipado, tanto por correo como en persona en colegios electorales, no es nada nuevo. Ya desde la Guerra Civil estadounidense, a mediados del siglo XIX, se empezó a probar con formas de votar por carta. Pero la práctica explotó en las elecciones de 2020, en plena pandemia. Los estados ampliaron y flexibilizaron las posibilidades de voto anticipado. Más de cien millones de votantes -dos tercios del cuerpo electoral- prefirieron esas opciones que ir a las urnas.No fue flor de un día. El voto anticipado vino para quedarse. Muchos votantes lo consideran muy conveniente (en especial, para los que sufran horas de cola en los colegios electorales el día de la elección). Lo de Carolina del Norte -por cierto, uno de los estados decisivos, los demócratas buscan aquí una victoria que solo han conseguido en una ocasión, 2008, desde 1976- no es una excepción.Donald Trump ofrece una conferencia de prensa en el vestíbulo de la Torre Trump en Nueva York EFEEn el mismo mes de septiembre, cinco estados abrirán colegios electorales para voto anticipado en persona. Entre ellos, Pensilvania, considerado el estado más decisivo en la elección, pieza clave en cualquier ruta para la victoria tanto para Trump como para Harris.Esto es un quebradero de cabeza para el candidato republicano. En su narrativa de la derrota electoral de 2020, Trump siempre ha mantenido -contra la opinión de los tribunales- que le hicieron trampa, en especial, con el voto por correo.Durante toda aquella campaña electoral, el entonces presidente clamó que el voto por correo era fraudulento. Es evidente que eso le perjudicó: desincentivó a sus votantes a utilizar esa posibilidad y fue una de las claves de su derrota.Ese problema no ha desaparecido para los republicanos. Según los datos de Pew Research, el 49% de los votantes de su partido creían en 2020 que cualquier persona debería poder votar por correo; ahora, tras las críticas constantes de Trump en los últimos años, solo le dicen el 28%. Entre los demócratas, al contrario, es una opción muy popular: el 84% lo apoyaban en 2020 y ahora son el 87%.El Partido Republicano ha buscado cambiar esto y desde comienzos de este año han iniciado campañas para fomentar el voto por correo y por anticipado. Trump se ha sumado en ocasiones, pero también ha boicoteado esos esfuerzos. A finales del mes pasado, Trump dijo en una entrevista que el voto por correo «no debería permitirse» y que «cada vez que hay voto por correo va a haber fraude masivo». Ese mismo día, un email masivo del Partido Republicana animaba a los votantes a utilizar todos los medios posibles de voto. «Todos son buenos», rezaba.