El Papa Francisco que para ser un verdadero discípulo de Cristo el cristiano debe seguir el camino marcado por el mismo Jesús: renunciar a uno mismo y tomar la Cruz.
Durante el rezo del Ángelus este domingo 30 de agosto desde el Palacio Apostólico del Vaticano, el Santo Padre recordó las palabras de Jesús a sus discípulos “Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz, y me siga”.
“No se trata solo de soportar con paciencia las tribulaciones cotidianas, sino de llevar con fe y responsabilidad esta parte de cansancio y de sufrimiento que la lucha contra el mal conlleva”.
Francisco hizo hincapié en que “la vida del cristiano siempre es una lucha. La Biblia dice que la vida del creyente es una milicia. Luchar contra el espíritu malo, luchar contra el mal”.
En su comentario al evangelio del domingo, el Papa destacó cómo Jesús habla a sus amigos de su Pasión y su próxima muerte en la Cruz y posterior resurrección, y ellos no lo comprenden e incluso se enfadan con su Maestro por hablar de esa manera.
“Los discípulos tienen una fe todavía inmadura y demasiado unida a la mentalidad de este mundo. Ellos piensan en una victoria, pero demasiado terrenal. Por eso no comprenden el lenguaje de la Cruz”, señaló Francisco.
De hecho, “frente a la perspectiva de que Jesús pueda fracasar y morir en la cruz, el mismo Pedro se rebela y le dice: ‘Dios no lo quiera, Señor; no te ocurrirá eso’. Cree en Jesús, Pedro es así, tiene fe, cree en Jesús, le quiere seguir, pero no acepta que su gloria pase a través de la Pasión”.
“Para Pedro y los otros discípulos –¡pero también para nosotros!–, la Cruz es un ‘escándalo’, mientras que Jesús considera ‘escándalo’ el huir de la Cruz, que sería como eludir la voluntad del Padre, a la misión que Él le ha encomendado para nuestra salvación”.
Ese contexto justifica que, a continuación, Cristo le diga a Pedro: “¡Apártate de mí, Satanás!”.
“Diez minutos antes Jesús había alabada Pedro, le había prometido ser la base de su Iglesia, el fundamento de su Iglesia. Diez minutos después le llama ‘Satanás’. ¿Cómo podemos entender esto? Nos sucede a todos nosotros. En el momento de devoción de fervor, de buena voluntad, de cercanía al prójimo, miramos a Jesús y avanzamos. Pero en el momento en que viene la Cruz al encuentro, escapamos. El diablo, Satanás, dice Jesús a Pedro, nos tienta. Es propio del mal espíritu, es propio del diablo, alejarnos de la Cruz, de la Cruz de Jesús”.
El Papa Francisco concluyó su reflexión y subrayó que “si queremos ser discípulos de Cristo estamos llamados a imitarlo, gastando sin reservas nuestra vida por amor de Dios y del prójimo”.