El mapa de grandes manifestaciones y gobiernos puestos en cuestión en toda la región centroeuropea muestra múltiples focos de incendio y se aleja de la imagen de estabilidad y normalidad democrática que caracterizaba a la región hasta fechas recientes. Procesos electorales que se suponían rutinarios han resultado recientemente fallidos y la formación de gobiernos democráticos amenaza con convertirse en varios países en misión imposible, debido a la fragmentación del voto y la irrupción de fuerzas políticas radicales sobre las que pesan cordones sanitarios cada día más precarios. La tensión se manifiesta a pie de calle en protestas y enfrentamientos con las fuerzas del orden. Las causas son diversas y portan banderas diferentes dependiendo de cada país, pero el denominador común es fácilmente reconocible: inestabilidad.Multitudinarias manifestaciones se registraron el pasado fin de semana en Rumanía y Eslovaquia . En el caso de Bucarest , decenas de miles de manifestantes calificaban de «pucherazo» la reciente decisión del Tribunal Constitucional de anular el resultado de la primera ronda de las elecciones presidenciales , que ganó el populista prorruso Calin Georgescu a finales de noviembre. Los manifestantes daban por hecho que los tribunales y el gobierno de coalición liberal, de reciente formación, están actuando ilegalmente y «al dictado de Bruselas».En Bratislava , los manifestantes protestaban por el polémico viaje a Moscú del primer ministro eslovaco, Robert Fico , populista de izquierda, burlando la unidad de la Unión Europea (UE) frente a Putin . «Eslovaquia es Europa, ¡basta de Rusia!», se leía en una de las muchas pancartas contra el «sistema corrupto», al que acusan de mantener a Fico en el poder. En ambos casos, se ponía en duda a las más importantes instituciones democráticas con generoso apoyo popular, a la vista de la concurrencia de público.Noticia Relacionada estandar Si Suecia envía tres buques de guerra a proteger las infraestructuras del Báltico Rosalía Sánchez El rey de Suecia llama al país a «prepararse»También en Serbia tenían lugar protestas masivas frente al edificio del Tribunal Constitucional, en Belgrado . Convocados por asociaciones estudiantiles, los asistentes recordaron el desastre ocurrido en Novi Sad , cuando hace más de dos meses se derrumbó el techo de la principal estación de trenes de la ciudad y murieron quince personas a causa de los defectuosos materiales de construcción. Desde entonces, se han producido reiteradas y concurridas protestas exigiendo que se investigue el accidente y cuestionando ya abiertamente al Gobierno serbio. A finales de diciembre, la Fiscalía acusó, entre otros, al exministro de Construcción, que rechaza cualquier responsabilidad. Los manifestantes exigen su dimisión y medidas para desterrar la corrupción, que describen como generalizada.Otras dos democracias centroeuropeas, más sólidas incluso que las anteriores, fueron igualmente presa de violentas protestas el fin de semana. En Austria , el inicio de negociaciones para formar gobierno entre conservadores del ÖVP y la extrema derecha del FPÖ estuvo acompañada por concentraciones hostiles que rechazaban la legitimidad de esa asociación política, respaldada por las urnas. Durante más de tres meses, desde la presidencia del país hasta el último de los partidos políticos han tratado de impedir que llegue al poder Herbert Kickl , el populista de derecha y prorruso que ganó las elecciones del 29 de septiembre. Ahora que Kickl encabeza en última instancia el intento de formación de gobierno, el rechazo se manifiesta en la calle.Algo similar ocurre en Alemania , donde más de 15.000 personas se reunieron el fin de semana a varios grados bajo cero en Riesa . Allí tenía lugar el congreso de Alternativa para Alemania (AfD) , el partido de extrema derecha al que las encuestas otorgan hasta un 20% de votos. Los manifestantes intentaron impedir la entrada de sus delegados y la policía se vio obligada a usar sus porras y gas pimienta . La portavoz de la asociación Buntes Meissen, Jana Henker , denunció «represión policial».Tensión socialLa tensión en Alemania se ha desatado tras la caída del \'gobierno semáforo\' de Olaf Scholz , coalición de socialdemócratas, liberales y verdes, lo que ha forzado las elecciones anticipadas del 23 de febrero. Pero su aumento ha sido progresivo desde el adiós de Angela Merkel . Los delitos de motivación política de derecha aumentaron un 23,21% en 2023, según la Oficina Federal de Criminalidad; los de motivación política de izquierda un 11,48%; y los de motivación ideológica extranjera, a menudo teñidos de motivación religiosa, un 33,04%. Alemania espera ahora una de las campañas electorales más tensas de su historia y el nerviosismo no disminuirá en el resto de comicios pendientes en Centroeuropa para 2025.También son motivo de protestas las presidenciales convocadas en Rumanía y Polonia y las parlamentarias en la República Checa , donde las encuestas sugieren que la victoria de Andrej Babis reforzará el eje entre el primer ministro húngaro, Viktor Orbán , y el eslovaco.Arrasa el «Trump croata»Recién celebrados, en los comicios presidenciales de Croacia ha obtenido una abultada mayoría el nacionalista prorruso Zoran Milanovic , apodado el «Trump croata».Además, se prevén intentos de injerencia rusa en las elecciones legislativas a celebrar en Moldavia este año. Y todo ello sin que el dinero europeo llegue ya para aplacar los ánimos. Con las economías de Alemania y Francia estancadas, el margen financiero es escaso. Como han demostrado Budapest o Viena , es más fácil para los partidos políticos y los gobiernos recabar fondos rusos o chinos que europeos .
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