Hace tres semanas, su respuesta a Donald Trump era firme y de rechazo: «nunca estaremos en venta». Ahora, sin embargo, el presidente autonómico de Groenlandia, Múte B. Egede , se muestra mucho más dispuesto a una mayor cooperación con Estados Unidos, cuyo presidente electo, Donald Trump , ha propuesto adquirir la isla bajo soberanía danesa. «Tenemos que negociar con Estados Unidos. Hemos iniciado un diálogo y empezado a explorar las posibilidades para cooperar con Trump», ha revelado en una rueda de prensa en Nuuk, la capital de Groenlandia, transmitida por la televisión pública groenlandesa KNR. Egede ha mencionado el sector minero como un área evidente de cooperación, mientras se ha referido a un «diálogo», sin dar más detalles, en materia de Defensa. «Es importante que no haya un conflicto militar. Fue preocupante escucharlo la primera vez, pero el vicepresidente declaró este domingo que no hay interés en usar las armas», ha zanjado Egede la amenaza de Trump, que evitó descartar el uso de la fuerza si era necesario para hacerse con la isla. Egede prefiere de momento no especular con la fecha de una posible independencia de Dinamarca y rechaza cualquier cooperación con Rusia.La mayoría de partidos y de la población defienden la separación de Dinamarca, pero la mitad del presupuesto de la isla depende de la ayuda anual de Copenhague y los intentos por aumentar los ingresos con su riqueza mineral y petrolera han fracasado de momento por las dificultades y el elevado coste de extracción.Noticia Relacionada estandar Si Las razones ocultas por las que el mundo quiere dominar Groenlandia Manuel P. Villatoro Paso natural hacia los puertos árticos rusos, la isla facilitó la defensa de los convoyes que se dirigían hacia la Vieja Europa durante la Segunda Guerra Mundial y se convirtió en el corazón del sistema antimisiles norteamericano en los años cincuentaLa competencia entre las grandes potencias internacionales en el extremo norte llamó la atención por primera vez en el verano de 2007, cuando Rusia afirmó que era dueña del Polo Nort e y corroboró simbólicamente esta afirmación con imágenes de película que mostraban a un minisubmarino colocando una bandera rusa hecha de titanio en el lecho marino a una profundidad de 4.000 metros. También está interesada China , que al principio se centraba en el acceso a posibles nuevas rutas comerciales que podrían acortar considerablemente el camino hacia Europa y se ha extendido después a la extracción de recursos minerales y a la presencia en el espacio militar-estratégico. Y, naturalmente, Dinamarca como metrópoli y Noruega y Canadá por vecindad están también implicados.Hace cuatro años, Dinamarca concluyó un nuevo acuerdo de defensa con Groenlandia y las Islas Feroe que apenas se ha materializado. Ni los drones de largo alcance acordados ni tampoco los drones pequeños para buques de guerra han llegado. Tampoco hay todavía un gran radar en las Islas Feroe que pueda vigilar el Atlántico Norte y la estratégicamente importante \'brecha GIUK\' entre Groenlandia, Islandia y Gran Bretaña, a través de la cual la flota rusa puede llegar desde sus puertos en el mar de Noruega hasta el Atlántico.El Gobierno local seguía a pesar de ello fiel a la relación con Dinamarca hasta que el hijo mayor de Trump, Donald Trump Jr ., ha visitado recientemente la isla en un viaje «privado» y «turístico», en el que llegó en un avión blasonado con la palabra Trump sobre el fuselaje y repartiendo gorras de \'Make America Great Again\' a los lugareños. La radiotelevisión pública danesa \'DR\' ha informado que el equipo de Trump animó a personas sin hogar y socialmente desfavorecidas de Groenlandia a aparecer en un vídeo con las gorras MAGA tras ofrecerles una comida gratis en un restaurante. El informe citaba concretamente a un residente local, Tom Amtof , que reconoció a su vez a algunas personas de las que aparecían en el vídeo difundido después por el equipo de Trump. «Están siendo sobornados y es profundamente desagradable», decía en la entrevista.El deseo de Trump por Groenlandia ha desatado gran preocupación en Dinamarca, así como en el resto de Europa. Estados Unidos es un aliado principal de la UE y de la OTAN , de manera que la sugerencia de que un líder estadounidense entrante pudiera incluso considerar el uso de la fuerza contra un aliado rompe todos los esquemas de seguridad y defensa. La primera ministra danesa, Mette Frederiksen , ha señalado que «el debate sobre la independencia de Groenlandia y los últimos anuncios en Estados Unidos nos muestran el gran interés que despierta Groenlandia» y ha insistido en que «Groenlandia pertenece a los groenlandeses, a nadie más».
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