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Internacionales

Helga Schmid, una experta en alta diplomacia, presidirá la Asamblea General de la ONU

Aunque son Angela Merkel y Ursula von der Leyen las alemanas que han estado luciendo la etiqueta de mujeres poderosas, entre bambalinas ha estado moviéndose en el terreno internacional otra alemana, Helga Schmid , que será la próxima presidenta de la Asamblea General de la ONU y cuyo nombre, en el Ministerio de Exteriores de Berlín , equivale a autoridad global. Ella no oculta su convicción de que las mujeres son mejores negociadoras, especialmente en los casos difíciles, «porque han aprendido a imponerse desde una posición percibida de debilidad», conclusión a la que ha llegado a lo largo de una carrera diplomática consistente y consecuente que dio su primer gran salto un día frío y lluvioso en Bruselas, en enero de 2006.Schmid, que anteriormente había trabajado como directora de oficina del exministro de Asuntos Exteriores Joschka Fischer , cuando Los Verdes formaron coalición de gobierno con el socialdemócrata Gerhard Schröder, sucedió a su hombre de confianza, Christoph Heusgen, que después sería el principal asesor de política exterior de la canciller conservadora Angela Merkel.Debates sobre el \'Quijote\'Licenciada en Filología Románica, encabezó el equipo político del representante de Asuntos Exteriores de la UE Javier Solana, con quien mantenía animados debates sobre el \'Quijote\'. Formó parte de la unidad de élite de 30 diplomáticos que diseñaron estrategias para la política exterior europea y que hacía también las veces de unidad de alerta temprana para crisis emergentes. Noticia Relacionada estandar Si El conflicto en Oriente Próximo alienta a los \'lobos solitarios\' en Europa Rosalía Sánchez | Corresponsal en BerlínDesde 2010, Schmid fue uno de los tres secretarios generales adjuntos del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), con 3.700 empleados. «Nadie conoce tan bien como Helga el Servicio Europeo de Acción Exterior y nuestro trabajo. Su nombramiento nos permite a todos hacer la transición, desde su predecesor Alain Le Roy, lo más eficiente y confiable posible», escribió por entonces la superior de Schmid, la jefa de política exterior de la UE, Federica Mogherini, en un correo electrónico interno.Schmid fue la mano derecha de la entonces jefa de política exterior de la UE, Catherine Ashton, y ayudó a dar forma al desarrollo del nuevo servicio a pesar de mucha resistencia y adquirió experiencia en una agencia administrativa compleja.Sus colegas consideran una obra maestra diplomática la solución al conflicto nuclear con Irán en julio de 2015. Preparó meticulosamente hasta el más mínimo detalle las conversaciones entre los jefes negociadores del llamado Grupo de los Seis, con poderes de veto de la ONU y Alemania, coordinó las consultas con los principales estrategas y mantuvo en segundo plano debates cruciales con los autores intelectuales, como el viceministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi. En las maratonianas negociaciones vienesas, se desarrolló una estrecha relación de confianza con Mogherini. Sólo la decisión unilateral de Donald Trump de abandonar el acuerdo logró torcer ese trabajo. Como secretaria general de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha pasado después a ser reconocida como «uno de los diplomáticos alemanes más experimentados, está bien conectado y goza de una gran reputación internacional», califican fuentes del Ministerio alemán de Exteriores, y a partir del año que viene, a sus 64 años, asumirá la presidencia de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.El entonces secretario de Estado de EE.UU., John Kerry (3º izq) mantiene un encuentro con la subsecretaria general de la UE, Helga Schmid (c-izq), el ministro de Exteriores iraní, Javad Zarif (3º dcha), el presidente de la Organización de Energía Atómica iraní, Ali Akbar Salehi (4º dcha), sobre el programa nuclear iraní en Viena, en una foto de archivo EFEUn papel relevanteUn puesto que puede parecer a simple vista ceremonial adquiere en manos de Schmid, sin embargo, una mayor importancia. Ella dará uno de los primeros discursos en la reunión anual de jefes de Estado y de Gobierno en el debate general de la ONU y, en vista de las graves guerras de los últimos años, la Asamblea General se ha vuelto cada vez más importante como barómetro del estado de ánimo global.El Consejo de Seguridad Mundial, de 15 miembros, con su capacidad para aprobar resoluciones vinculantes según el derecho internacional, sigue siendo más poderoso. Pero no conviene subestimar la capacidad de trabajo y el saber hacer de Schmid, que viaja más de 200 días al año y conoce muy a fondo Oriente Próximo, Rusia y la región del Cáucaso. «Sus conexiones llegan hasta las ramas más profundas del aparato gubernamental, ya sea en Moscú, Teherán o Beirut», dice una fuente al tanto de su labor diplomática. «Y tiene lo que es el mayor activo de un diplomático: la confianza de todas las partes». Los anteriores miembros de su oficina destacan que Schmid es «una mezcla de inteligencia, dureza y encanto, lo que la convierte en una rompehielos en el rígido mundo de la diplomacia». Siempre ofrece barras de chocolate a los visitantes que llegan a su oficina y sólo acepta beber agua sin gas.

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