El gabinete de Seguridad de Israel refrendó el acuerdo de alto el fuego en Gaza en una tensa sesión en la que los ministros ultranacionalistas votaron en contra. Tras el anuncio de Donald Trump del miércoles y el visto bueno por parte de Hamás, faltaba la confirmación oficial israelí y, después de 24 horas de tensión e incertidumbre por las fuertes divisiones internas en el gobierno, los ministros respaldaron el acuerdo que detendrá la guerra y abre la puerta al intercambio de rehenes por presos palestinos.Las armas callarán en Gaza mañana, domingo, a las 12.15 del mediodía (hora local) y a lo largo de esa tarde Hamás entregará a los 3 primeros rehenes. Esta misma imagen se debe repetir durante 6 semanas hasta completar la liberación de 33 cautivos . Los preparativos para recibirles se aceleran y el ejército prepara tres puntos de encuentro en la base de Re\'im, el cruce de Kerem Shalom y el cruce de Erez, a donde llegarán los recién liberados. A cambio, los israelíes pueden llegar a excarcelar a unos 2.000 presos palestinos. Tras la votación del gabinete de Seguridad llegó el turno del voto de todo el gobierno, un mero trámite en el que los ministros de los partidos religiosos dejaron sus votos escritos en papeletas y salieron de la sala para poder preparar el shabat, día sagrado para los judíos. Mientras se ultiman los detalles para la implementación del acuerdo, Israel bombardeó un día más con dureza la Franja y ya son más de cien los muertos desde que Trump anunciara el pacto. En Gaza saben que los minutos son eternos en la cuenta atrás para un alto el fuego, tienen la experiencia de ofensivas anteriores.Noticia Relacionada estandar No Israel confirma el alto el fuego con Hamás y la liberación de rehenes ABC Netanyahu alegó que el grupo negociador gazatí intentó crear una «crisis de última hora» tras el compromiso pactado con los mediadores en Doha Benjamín Netanyahu sacó adelante la votación bajo la doble presión de Donald Trump, que ordenó detener la guerra antes de su regreso a la Casa Blanca, y de los ministros ultranacionalistas como Itamar Ben Gvir, responsable de Seguridad Nacional, y Bezalel Smotrich , al frente de Economía, que votaron en contra. Ben Gvir dejará el gobierno tras la aprobación de un «acuerdo desastroso», pero dijo que «me aseguraré de que Netanyahu siga siendo primer ministro», lo que indica que no peligra el puesto del primer ministro. El diario The Jerusalem Post reveló que el primer ministro ofreció a sus ministros «garantías tanto de la administración de Biden como de la de Trump, de que si fracasan las conversaciones sobre la segunda fase del acuerdo de alto el fuego y no se cumplen las demandas de seguridad de Israel, el ejército podrá reanudar los combates con el respaldo de Estados Unidos«.Gran desconfianzaLa desconfianza entre las dos partes es enorme y en Gaza temen que, una vez liberados los rehenes, los israelíes violen el acuerdo y vuelvan a la guerra total. Las treguas anteriores alcanzadas en Gaza tras las grandes operaciones lanzadas por Israel en 2008, 2012 y 2014 , que dejaron miles de muertos, sólo fueron simples paréntesis hasta la siguiente explosión de violencia. Nadie sabe qué puede ocurrir ahora porque no hay ningún plan israelí sobre la mesa para el día después a la entrada en vigor del alto el fuego en Gaza. Como es habitual en la estrategia de Netanyahu, el hecho de no tener un plan concreto es también un plan. Liberación de presosEl acuerdo alcanzado en Doha con la mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos tiene 3 fases y la primera es la más detallada, las otras dos están pendientes de negociación y no será nada sencillo que salgan adelante. Entre los motivos esgrimidos por Ben Gvir para explicar su rechazo al acuerdo señaló que «libera a cientos de terroristas con sangre en sus manos, quienes, al ser liberados, buscarán asesinar al próximo judío». En total, se calcula que los israelíes pueden llegar a excarcelar a unos 2.000 presos palestinos , pero el número final dependerá de cuántos rehenes sean devueltos con vida en esta primera fase. La mitad de ellos son personas arrestadas tras los ataques de Hamás del 7 de octubre. Israel realiza campañas de detenciones masivas en los territorios ocupados y cuenta con el sistema de la detención administrativa para encarcelar a palestinos de manera indefinida sin cargos ni juicio. Desde el 7 de octubre, los israelíes han realizado más de 11.000 detenciones, según el Ministerio de Prisioneros palestino. El ministerio de Justicia publicó los nombres de los primeros 95 presos que serán puestos en liberta d, entre ellos hay seis menores y la mayoría de los nombres están en régimen de detención administrativa. La figura más conocida en la lista es Khalida Jarrar, dirigente del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) de 61 años. Israel no ha aceptado la liberación de altos cargos de Hamás ni de milicianos implicados en el ataque del 7 de octubre, pero sí dejará en libertad a presos con delitos de sangre y condenas a cadena perpetua. Este tipo de operaciones no son nuevas en el conflicto. En 1983 se intercambiaron 4.400 presos por 6 soldados, dos años después Israel soltó a 1.150 a cambio de tres militares y en 2011 la libertad del joven recluta Gilad Shalit supuso la salida de prisión de 1.027 encarcelados. El jefe del Shin Bet, Ronen Bar, aseguró que el 82 por ciento de los liberados en el caso Shalit «volvieron al terrorismo», el más destacado de ellos fue Yahya Sinwar, que se convirtió con el paso de los años en jefe de Hamás y ordenó los ataques del 7 de octubre.