No había rastro de Kamala Harris desde que compareció el 6 de noviembre, un día después de las elecciones presidenciales, para reconocer su derrota ante Donald Trump. La desaparición de la vicepresidenta de EE.UU. ha sido un signo más de la conmoción del Partido Demócrata tras la debacle en las urnas. No solo perdieron la Casa Blanca ante alguien que ella misma calificó de «fascista» y de «amenaza contra la democracia» en campaña. También perdieron el Senado y no consiguieron recuperar la Cámara de Representantes.Harris ha reaparecido tres semanas después de este desastre electoral. Lo ha hecho después de haber pasado una semana de vacaciones en una zona exclusiva de Hawái con su marido, Doug Emhoff, que aspiraba a ser el Primer Caballero de la historia de EE.UU., y algunos miembros de su equipo. La escapada al paraíso de Harris no sentó bien en algunos círculos demócratas. Mientras los demócratas se sumían en la depresión por los resultados, mientras volaban los cuchillos entre las diferentes facciones del partido por lo sucedido, ella miraba al Pacífico y a su futuro. «Voy a seguir en la lucha», comunicó a su círculo, según ha revelado \'Politico\', que asegura que la todavía vicepresidenta busca mantener todas sus opciones abiertas, incluida un nuevo intento de conquistar la Casa Blanca en 2028. Pero el retiro hawaiano ocurría al mismo tiempo que la incertidumbre calaba entre los altos cargos de su campaña que se veían con un puesto en el Gobierno y mientras muchos de sus empleados recibían cartas de despido.Noticia Relacionada estandar Si El complicado futuro del Partido Demócrata: sin plan y sin líder Javier Ansorena | Corresponsal en Nueva York«La vicepresidenta se ha tomado un tiempo de descanso con su familia. No creo que haya nada malo en ello», defendió la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre. «Ha trabajado muy duro durante los últimos cuatro años y si se toma un par de días para estar con su familia, mejor para ella».Pero si la escapada ha sido polémica, todavía lo ha sido más el regreso. Porque la reaparición fue a través de un vídeo que compartió el Partido Demócrata y que ha sido criticado en redes sociales. Se trata de un fragmento de una videoconferencia que la vicepresidenta mantuvo con grandes donantes y voluntarios de su campaña. «Os tengo que recordar una cosa: no dejéis que nunca nadie os quite vuestro poder. Tenéis el mismo poder que teníais antes del 5 de noviembre, tenéis el mismo objetivo y la misma capacidad para implicar y para inspirar», les dijo.La reaparición fue a través de un vídeo que compartió el Partido Demócrata y que ha sido criticado en redes socialesEra un intento de animar a la tropa demócrata, después de grandes esfuerzos en tiempo y en dinero de millones de personas, después de la implicación de decenas de miles de voluntarios durante meses, que ha acabado en fiasco. El efecto inmediato del vídeo -un clip de apenas 29 segundos- no fue el deseado. Muchos usuarios en redes sociales hicieron mofa de la apariencia, un tanto demacrada, de la vicepresidenta. Algunos -entre otros famosos que han abrazado el trumpismo, como el exjugador de la NFL Antonio Brown- le acusaron, sin justificación, de estar ebria.El fondo del mensajeEl fondo de su mensaje no deja mucho mejor a Harris. Su intervención completa, de unos diez minutos, es un intento mal diseñado -quizá un guiño a lo que fue su campaña- de insuflar optimismo a los suyos. «El resultado de la elección no es el que queríamos, no es por lo que trabajamos tan duro», les dijo. «Pero estoy orgullosa de la campaña que llevamos, lo que hicimos en esos 107 días fue algo sin precedentes», dijo Harris, que heredó la candidatura y buena parte del aparato de campaña de Joe Biden a finales de julio, a poco más de tres meses para la elección.La vicepresidenta alardeó también de haber recaudado «la histórica suma de 1.400 millones de dólares» para su campaña, una cifra muy superior a la de Trump. Pero es probable que para muchos donantes eso haga la derrota todavía más dolorosa. Y no hubo ni un segundo dedicado a analizar el por qué de la derrota y cómo cambiar de rumbo.Harris convirtió su discurso en una ensalada de lugares comunes -»lo disteis todo», «estamos juntos en esto», «el trabajo debe continuar»- y de referencias rimbombantes a una autoinvitación a seguir en política: «Creo firmemente que la luz de la promesa de América brillará con fuerza mientras no nos rindamos y sigamos peleando. La lucha que fue el combustible de nuestra campaña, la lucha por la dignidad de todo el mundo no acabó el 5 de noviembre».Queda mucho por saber si esa lucha implicará que ella se presenta a la Casa Blanca dentro de cuatro años. El Partido Demócrata tiene mucho que debatir y mucho que digerir tras la derrota. En estos momentos, es difícil pensar que el electorado tenga entusiasmo por Harris, pero tampoco hay alternativas evidentes. Otra opción para la vicepresidenta podría ser presentarse a gobernadora de California en 2026. El actual gobernador, Gavin Newsom , no puede ir a por un tercer mandato. En cualquier caso, el futuro inmediato de Harris pasa por regresar a Washington, ayudar a los demócratas a confirmar jueces en las últimas semanas que tienen mayoría en el Senado hasta que se inaugure el nuevo Congreso a comienzos de enero (como vicepresidenta, tiene el voto decisivo en la Cámara Alta cuando hay empate) y hacer las maletas antes de ser sustituida por J. D. Vance , el vicepresidente electo.